Beniamino Malasangüe, “Capitán Ben” lo llamaban, se dedicó a la piratería desde 1848, es decir que ya era tarde. Solo su sed de aventuras y su cabeza perfectamente hueca podían haberlo lanzado a ese oficio tan a destiempo.
La primera versión teatral musical del clásico para chicos escrito por Ema Wolf pone énfasis en el concepto de “sonada aventura” para acompañar con distintos ritmos a este pirata que va a destiempo tentando a la suerte. Para comprobar que, aun en las circunstancias más adversas, un hombre puede conquistar lo más preciado cuando se decide a vivir una vida de aventuras.