Buenas tardes a todos y a todas.
Primero, quiero agradecerle a Charly [Carlos Ferraris, intendente de Leandro N. Alem], porque hoy hemos tenido una jornada que parece diseñada por un consultor político. Si nosotros tuviéramos uno, tipo un Durán Barba, —como estos pichones de consultores políticos que andan dando vuelta por ahí, que atosigan en las redes, que arman discursos, insultan— ante la situación actual, el abandono y la deserción del Gobierno nacional, sumado a todas esas palabras a veces desconocidas, incomprensibles, ajenas, nos diría que los problemas de Vedia, de Alem, de la provincia de Buenos Aires nos lo van a resolver con un manualcito de economistas austríacos del siglo XIX.
Así que vienen con tanta cosa rara y bizarra, con perros muertos, con una batería de novedades que, siete meses después, ya empezamos a ver que esas cuestiones extrañas, estrafalarias, que lo de la dolarización, lo de los váucheres, era todo verso. Fue una forma de campaña electoral, donde había un pueblo que necesitaba respuestas y soluciones, y tal vez no estaba esperando que le vinieran con algo muy laborioso y complicado, con las dificultades que había, o con lo que ocurre en el mundo, y lo que hicieron fue sacar una especie de conejo de la galera con esto de “lo vamos a solucionar con el anarcocapitalismo y la escuela libertaria’. Y nadie sabía qué significaba. Y tal vez alguno depositó su esperanza en algo nuevo y novedoso. Nos decían que nada nuevo, nada distinto, se iba a conseguir con los mismos de siempre. Y entonces decían que ellos eran los salvadores.
Y yo nunca voy a menospreciar, nunca me van a escuchar despreciando a una decisión que ha tomado un argentino, una argentina, en ese momento crucial de la democracia, que es el momento en que se vota. Pero sí es cierto que nuestra experiencia nos ha provisto de varias decepciones, varios fracasos, que vinieron de la mano de grandes estafas electorales.
Eso ocurrió, por ejemplo, me permito decir, durante el gobierno de Macri. Venían también con esta idea de la revolución de la alegría, los globitos de colores, y decían en campaña: “no vas a perder ningún derecho; jamás iríamos al FMI; está bien, hay problemas y complicaciones, pero nos dejan un país desendeudado”. Y, luego, llegaron e hicieron lo que hicieron. Muy rápidamente toda esa confianza fue traicionada.
Y hoy estamos ante una estafa electoral de un calibre mayor. Porque nos decían que no vamos a conseguir nada distinto con los mismos de siempre. Y por más que yo como economista, tuve la posibilidad, o la desgracia, de tener que estudiar estas escuelas económicas que hoy nos venden como la panacea y la salvación, ya sabía que si aplicaban sus mentiras iba a ser una situación muy fea, horrible.
Pero lo que vemos es que tampoco pasó eso. Vemos que esto de que no iban a ser los mismos de siempre los que nos iban a traer soluciones, no fue verdad. Porque ahí está Patricia Bullrich, ahí está Toto Caputo, dos ministros de Macri. Así que lo nuevo y lo novedoso sería que ahora los contrató Milei, porque son exactamente los mismos de siempre.
Y ahora nos dicen que ahora sí va a haber un gran cambio. Y nos traen a Sturzenegger. Entonces de la galera algo más viejo, más conocido no sé si hay. Porque este es un pichón de Cavallo. Ya lo tuvimos a este, lo tuvimos con De la Rúa. Lo volvimos a tener con Macri, lo echó Macri. ¡Te tiene que echar Macri! Y ahora aparece de nuevo y nos trae las soluciones. Y ya nos trajo el DNU, la Ley Bases, hasta ahí venía sin cargo y ahora viene con las privatizaciones. Esa sería la novedad.
Venimos de Alberdi, donde está la estación de tren que dejó de funcionar cuando estas mismas políticas privatizaron los ferrocarriles. Ahora están queriendo privatizar Aerolíneas, de nuevo los trenes. Todo lo mismo. Ya lo vivimos.
Yo no vengo a decirles que no había dificultades y problemas. No vengo a decirles o evitar alguna crítica o autocrítica. Vengo a decirles que por acá seguro, por este lado seguro que no está ninguna de las soluciones. Porque ahora le agregan la interrupción de la obra pública, total y completa. Entonces la Ruta 7 abandonada, la variante Chacabuco abandonada. Obras muy esperadas, muy necesarias para nuestros pueblos, para nuestra provincia. Rutas nacionales.
Hoy estamos en un momento de felicidad, porque esto que estamos inaugurando lo que se prometió muchas veces y se pidió incontables veces más. 40 años esperando una planta de tratamiento para el agua que le sacara el arsénico.
Me decían con muchísimo orgullo los empresarios —no austríacos, argentinos— que diseñaron esto, que viene con 450 ppb de arsénico. La normativa dice 50, y la normativa europea, 10. Y yo puedo decir con orgullo que en la provincia de Buenos Aires, acá en Vedia vamos a tener 5, debajo de la mitad de los estándares más avanzados, más exigentes internacionales.
O sea, agua limpia, agua buena, agua de calidad. Algo necesario. Y el costo que tiene esta planta seguramente excede la posibilidad recaudatoria del municipio. Si uno tuviera que esperar, como decía Milei, que se junten tres vecinos, pasen la gorra y hagan un puente, una autopista, un puerto, un aeropuerto o una planta de tratamiento de agua o de cloaca, sería imposible porque eso no pasa.
Entonces, la verdad es que acá estamos demostrando que por ese camino no se va a ningún lado. Y que no es ninguna novedad dejar a la gente sin lo que necesita y se merece por un Estado que está ausente para los pueblos pero está bien presente para darle la rentabilidad a los bancos, a los grandes capitales, para perdonarles los impuestos a los inversores extranjeros. Ahí sí que están presentes para generar negocios para los de afuera y para los más ricos.
Y nos decía Kato, y nos contaba Charly, que se empezó a hacer también obra de infraestructura, tan necesaria, tan esperada, la planta de tratamiento no del agua sino de los residuos cloacales. Y que eso lo abandonó Milei.
Ya sabemos que de Milei no podemos esperar nada bueno para el pueblo. Así que acá está el Gobierno de la provincia de Buenos Aires. Me decía Kato [Gabriel Katopodis, ministro de Infraestructura y Servicios Públicos] que terminemos la planta, terminemos la cloaca también, terminemos el centro de primera infancia, el CDI que dejó plantado Milei, pero no dejemos de ponerle la faja obra abandonada por el Gobierno nacional. Para que los que lo votaron, pensando que por ahí era que les iba a ir mejor, sepan también que los traicionaron y que hace falta estar con un Estado presente.
Hoy estuvimos en Alberdi también, inaugurando una escuela artística. Eso el mercado lo soluciona también. Si alguien quiere tocar la trompeta, como un pibito que vino y me dijo, claro que puede tocar la trompeta a través del mercado. Pero se necesita que la familia tenga determinados recursos, que pueda pagarle las clases por privado. Nadie lo prohíbe.
Pero no estoy haciendo teoría, es estadística, es práctica, es realidad. Se ve y se observa que de la enorme mayoría que tiene una vocación, que tiene una voluntad de dedicarse al arte, a la pintura, a la música, al teatro, a la danza, solamente unos pocos, los que tienen los recursos, pueden tomar clases por particular y por privado.
Y eso a mí me revela, porque tal vez el pibe más talentoso, o acaso el que más lo necesita, o sin comparar, el que lo quiere y lo desea hacer y no puede porque sus condiciones económicas no le alcanzan, la verdad es que se está quedando afuera. Y nos perdemos de él, su familia por supuesto, pero nos lo perdemos como sociedad, como comunidad y como pueblo.
Harto estoy de que me hablen de los intereses egoístas e individuales como si todo se resolviera ahí. Porque si hay un pibe o una piba que aprende danza, por supuesto que tiene una satisfacción, que la pasa bien, que está bien, pero hay que verlo bailar, hay que verlos expresarse, hay que verlos desarrollarse y hay que darse cuenta de que nadie se salva solo. Que eso que hacen individualmente es algo que disfrutamos entre todos. Por eso lo bancamos entre todos. Así que esa escuela artística, Charly, es algo para cada uno que va pero es algo que disfrutamos en toda la provincia de Buenos Aires. Y que sepan que no nos conformamos con que sólo el que tenga los medios privados lo pueda hacer.
Necesitamos que todos accedan. Lo mismo sucedió hoy con una ambulancia de máxima tecnología, de máxima complejidad. Hace poco estuvimos inaugurando un centro de atención primaria de la salud. Inauguramos uno acá en Vedia, un pequeño hospital. Y obvio que es importante tenerlo en la comunidad. Pero también disfrutamos —digo para los que sólo pueden pensar mirándose el ombligo— de que el de acá es uno de los 166 que inauguramos a lo largo y a lo ancho de la provincia de Buenos Aires.
Tenemos una provincia con un pueblo solidario, un pueblo que sabe que nada bueno puede salir de pisar cabezas. Nada bueno puede salir de la guerra de todos contra todos. Por eso hoy, además de la ambulancia, inauguramos una usina láctea. No saben, simbólicamente, la importancia que tiene. Pequeños productores con algunos animales, que no sólo les cuesta llegar a colocar lo que producen con el esfuerzo cotidiano, sino que además les pagan menos que lo que pagan las grandes cadenas y los grandes productores. Así que están discriminados y, entonces, eso va generando un círculo vicioso donde empiezan a quedarse afuera y, finalmente, van cayendo en la precariedad. No pueden crecer y no es que no laburen.
Porque he escuchado a muchos dirigentes de las organizaciones vinculadas al campo, que hablan de lo temprano que se despiertan, de cuánto esfuerzo tienen que poner, de cuánto laburo, de cómo laburan en familia, pero tienen que venir acá para ver los que se han quedado afuera, los que más están complicados, y darse cuenta de que es ahí donde tenemos que poner el máximo esfuerzo.
Así que a partir de ahora una usina láctea ahí en la Colonia, donde vamos a poder producir leche para todo el distrito sin tener que mandarlo a la planta de La Serenísima en Rodríguez. Así que es muy importante. Y decía, si un consultor me pregunta cómo discutimos el modelo de país que nos propone Milei, ese modelo de Estado ausente, ese modelo de frialdad, de falta de solidaridad, ese modelo de vender al mejor postor nuestros recursos naturales sin agregarle valor en origen, ese modelo de extranjerizar, de primarizar, cómo lo podemos discutir, la respuesta es que lo podemos discutir en la teoría de los discursos, lo podemos discutir demostrando que eso no lleva a ningún lado, reduciéndolo a lo absurdo.
Pero creo que hay una forma más eficaz. Por eso esta visita de hoy ha sido muy completa. Vinimos acá a traerles educación pública a los que no tenían para que puedan vivir mejor. Vinimos a traerles salud pública para que tengan su ambulancia. Vinimos a traerles una usina láctea para que puedan elaborar su producto, venderlo a mejor precio, tener más dignidad. Vinimos a traer una planta potabilizadora para que no anden tomando arsénico. Y nada de eso se puede construir con esas teorías económicas que nos venden, que nos traen como si fueran novedad cuando ya fracasó en todo el mundo y también en la Argentina.
Esto no lo hace el mercado, lo hace la comunidad organizada, lo hace el Estado presente, lo hacemos entre todos y todas. Lo hacemos pensando en el que más lejos está y en el que menos tiene. Esa es la Provincia que queremos, no la que abandone, no la que entregue, no la que trabaje para los de afuera.
Esa es nuestra provincia de Buenos Aires: educación, salud, producción, trabajo, mejor calidad de vida. A eso nos tenemos que dedicar. Y es cierto que tenemos un presidente que fue elegido en balotaje, y que tiene esa legitimidad de origen. Es cierto que buena parte de las cosas que dijo resultaron ser todo un fiasco y una mentira. Puede andar por ahí diciendo que tiene un mandato electoral para llevarlo adelante, pero que no nos vengan a decir que no podemos discutir con ese modelo. Podemos discutir porque sus consecuencias y sus efectos se están viendo en la mesa, se están viendo en el laburo, se están viendo en la pérdida de fuentes de trabajo, se está viendo en la pérdida de salario, se está viendo en la pérdida de condiciones de vida en toda la Argentina. Y, además, lo podemos discutir porque acá, en la provincia de Buenos Aires, ganamos en las PASO, ganamos en las generales, ganamos en el balotaje y también tenemos un mandato, y también tenemos una mirada, y también tenemos resultados.
Y quiero ver que inauguren una sola obra que les mejore la vida a los argentinos y las argentinas. Y quiero ver que tomen una medida que beneficie al interés nacional. Y ahí sí van a poder decir que trajeron algo al país que les sirve.
Mientras tanto, en la provincia de Buenos Aires estamos en la otra vereda. Mientras tanto, en la provincia de Buenos Aires venimos a defender los intereses de un pueblo que trabaja todos los días, que se esfuerza todos los días y que quiere vivir en mejores condiciones.
Así que, Charly, te agradezco, porque es tu laburo y el de nuestros intendentes, porque así es cómo vamos a terminar la planta cloacal acá, lo vamos a hacer también en Casares. Y así es cómo vamos a llevar adelante el CDI para la primera infancia. Sé que ustedes se van a estudiar a Junín, así que van a saber entender que la obra que abandonó en la universidad el Gobierno nacional la va a terminar, también, el Gobierno provincial.
Así que salud, educación, producción y trabajo.
Muchísimas gracias.