Muchísimas gracias a todos y todas. Muchas gracias, Nahuel [Nahuel Guardia, intendente de General Lavalle], por recibirnos de nuevo, estuvimos hace poquito, gracias a los intendentes de la región, a los dirigentes políticos, a diputados.
Estamos de nuevo en Lavalle con una inauguración histórica, porque las cosas hay que ponerlas en su dimensión. Me contaba recién Nahuel, que Pavón hace 30 años tenía 30 habitantes, aproximadamente, y ahora tiene 3.000 habitantes. Es una de las tantas localidades de la provincia de Buenos Aires que ha crecido explosivamente. Y eso ha sido resultado de cuestiones migratorias, demográficas, sociales, económicas. Han sido, si son 3.000 los habitantes, 3.000 decisiones privadas, ¿no?
Hasta ahí todo bien porque cada uno decide, resuelve hacer su destino, poner su casa, poner su vida en alguna localidad, en algún lugar, mudarse. Todo eso está bien. Ahora, el problema es que una vez que empieza a ocurrir este fenómeno, empiezan a faltar cosas: empieza a faltar escuela, comisaría, hospital, más asfaltos, a veces energía, infraestructura de todo tipo, a veces gas. Y entonces, ahí es donde creo que esta ideología —ya esta altura me animo a decir fracasada y espantosa— liberal libertaria… Tal vez hay alguno de aquí que votó al Presidente actual, pero no sé si sabía lo que traía en la mochila el Presidente actual. No sé si sabía que esto que dijo, que yo lo escuché mucho en campaña, porque en campaña era original, se lo conoce hace poco, no venía de la política. Después uno se va a enterando de que siempre trabajó en el Estado, trabajó en la provincia de Buenos Aires, en el Banco Provincia, trabajó en Aeropuertos Argentina 2000, que es una concesionaria del Estado, o sea plata del Estado.
Ya venía medio flojito de papeles, pero una de las cosas que dijo es que no se pueden hacer las cosas distintas con los mismos de siempre. Y uno observa que la composición del gabinete nacional actual no tiene nada de novedoso, de original, ni siquiera de libertario o austríaco. Están ahí Caputo, el que nos endeudó hasta acá con Macri. Ayer aprobaron un endeudamiento de nuevo multimillonario, sigue con la misma. Yo no sé ni siquiera sé si leyó a Hayek, a Mises, a los austríacos, Caputo, creo que no, es un tipo de Wall Street, del sector financiero. No sé si tiene idea de qué es el anarcocapitalismo. Pero está haciendo lo mismo de siempre, endeudando el país, desregulando todo y generando un negocio para unos pocos.
La sociedad argentina en estos meses de Milei está sufriendo mucho. Ellos dicen, como cada vez que gobierna el neoliberalismo, que es un sufrimiento con un destino, con un propósito, que es atravesar —ahora que está con metáforas bíblicas— el desierto para llegar a la tierra prometida.
Yo, que vengo de la economía, he estudiado creo que todos los planes de ajuste de este tipo de la Argentina, sé que hubo muchas frases de estas. Una fue “hay que pasar el invierno”, otras, “el segundo semestre”, “la luz al final del túnel”. Siempre lo mismo. Sacrificios enormes para un fin superior que hacía falta ajustarse el cinturón, que habíamos vivido arriba de nuestras posibilidades. En el gobierno de Macri, donde también estaba Caputo, ahora va a ser ministro Sturzenegger, también ministro de Macri, Patricia Bullrich. No son distintos, son los mismos de siempre para hacer determinadas cosas.
Y tengo necesidad de decirlo porque la estamos pasando muy difícil, cada uno en su situación. Yo no me voy a victimizar porque hay mucha gente que no puede acceder a un plato de comida, pero voy a decir que nosotros en los gobiernos provinciales, en nuestra provincia, empieza a pasar en los municipales también, tenemos que atender estas necesidades sin recursos, porque el Gobierno nacional decidió que el federalismo era algo que no le importaba, pasó de moda o no sé qué. Y entonces le está sacando la plata, está ahogando y ahorcando a la Provincia. Al mismo tiempo que dice que todos los problemas que existen los tienen que resolver las provincias.
Y yo leía una noticia que hablaba de la ganancia de los bancos durante el gobierno de Milei. Y decía que las ganancias de los bancos fueron las mejores en diez años o más. No la estamos pasando todos mal. Esto de apretarse el cinturón, de atravesar un desierto, no es para todos. Acá siempre hay un puñado de vivos, socios del gobierno, que mientras el pueblo sufre, la mayoría sufre y le bajan este discurso. Después, papelones inmensos, como “nos pagamos el café en el gobierno”. Observamos que hay sectores que se están beneficiando y muchísimo. Vaya a saber con el DNU que está vigente todavía, cómo estarán vendiendo tierras, todas cosas que hoy no nos enteramos, nos vamos a ir enterando con el tiempo, endeudándonos, generando una bicicleta financiera gigantesca.
Es lo mismo de siempre. Y empiezo por acá porque vinimos hace poquito a inaugurar la Casa de la Provincia de Buenos Aires en Lavalle. Algunos de ustedes estuvieron ahí acompañándonos. Es una gran obra, hay dos ascensores. Uno dice “¡cuánto lujo para un pequeño municipio del interior!”. Y yo repito lo que dije en campaña, lo que hicimos en cuatro años: no hay municipios de primera y municipios de segunda, todos tienen los mismos derechos. Derecho a acceder a las prestaciones del gobierno de la Provincia, vivas donde vivas, en condiciones dignas, de comodidad. Por supuesto que falta un montón, porque cada una de estas cosas que hacemos nos sirven también para observar todo lo que tenemos por delante para hacer. En situaciones muy pero muy complicadas.
Pero destaco la Casa de la Provincia de Buenos Aires, un edificio hermoso que le da jerarquía al Gobierno provincial, también a la localidad. Se destaca mucho porque es una presencia que queremos tener de un gobierno de la Provincia eficiente, moderno, cercano, humano. Eso está ocurriendo en la cabecera.
Y acá, en Pavón, hoy inaugurando esto que Nicolás Kreplak modestamente llama “hospitalito”. Porque estas eran las salitas de salud. Todo el mundo tiene la experiencia de ir a la salita de salud, que a veces es algo pequeño, con un botiquín y alguien que, de alguna manera o de otra, a través del municipio, a veces de la comunidad, presta un servicio de salud, a la medida de determinadas cuestiones y a veces desbordado por la cantidad. Y, entonces, en esos casos toda una comunidad que se ha afincado no recibe, no tiene y no accede a lo básico, que es tener cubiertas la cuestión más importante. No es de segundo orden, no es algo con lo que uno puede dejar de contar.
Acá hay una especie de shock room, con oxígeno. Si hubiera una emergencia grande también se podría tratar acá, sin tener que viajar a otra localidad. Las 322 ambulancias hacen falta porque la provincia de Buenos Aires es muy extensa: 300.000 kilómetros, mucho camino rural, muchas localidades distantes donde hay que hacer derivaciones, o hay que ir a otro lugar para llegar a un servicio de salud de la complejidad que se necesita. Para todo eso es que hace falta que estén las ambulancias.
Y después, la importancia de que haya centros de salud de otra envergadura. Yo decía recién que esto no es una salita. Tiene 400 metros cuadrados. Además, algo que ha agregado Nicolás Kreplak desde el Ministerio: hay servicio de odontología, con sillón odontológico, para aquel que no puede pagar el privado o aquel que se tiene que ir lejos. Cosas básicas e indispensables que antes no había y que es muy importante garantizar, que nosotros creemos que es fundamental garantizar. Cada lugar donde falta atención de salud es una deuda que tenemos, es una vergüenza que tiene la provincia de Buenos Aires.
Por eso para nosotros es tan importante que tenga también para atender ginecología, que tenga también un SUM, un salón de usos múltiples que lo va a poder usar la comunidad. Después tiene un acceso separado para que se puedan hacer otro tipo de actividades, capacitación en salud, otro tipo de reuniones, de formación, lo que vayan disponiendo. Siempre es importante un lugar comunitario para ir. A veces no hay en las localidades un lugar para juntarse, para compartir o para hacer determinadas actividades. Tiene, también, una oficina; va a haber una dependencia de la provincia de Buenos Aires, una farmacia, muchas cuestiones que son básicas.
Así que esto no es una salita de salud, es más bien un pequeño hospital. Y yo creo que estamos acá porque Pavón necesitaba un pequeño hospital.
Y otra cosa, porque nos quieren acostumbrar al individualismo, al egoísmo, a pensar todo en chiquito y todo para mí. Y si bien uno no puede dejar de pensar en sí mismo, nadie se abandona y no piensa en sí mismo, también es muy difícil creer que una sociedad se compone exclusivamente de átomos individuales que buscan su propio bienestar, su propio placer, su propio beneficio y que no hay nada más. Existen unidades tan básicas y obvias como la familia, pero también está el barrio, luego la localidad, después el municipio, después la provincia.
Nosotros creemos que no, que no es así, que es más bien al revés, que cada uno es individuo en tanto pertenece a una sociedad. Es exactamente al revés, la sociedad no está construida por individuos sueltos, sino que existe la sociedad en la que se desarrollan trayectorias, vidas individuales. Creemos en eso, profundamente, desde las convicciones más fuertes que tenemos. Después hay frases que lo dicen, como que nadie se realiza en una comunidad que no se realiza. Nosotros, históricamente, le habíamos puesto una forma para mí muy linda, muy poética, muy elegante de decirlo, que es esta de que la Patria es el otro.
Es una invitación a salir del egoísmo, del individualismo, de la búsqueda del interés propio y a empezar a pensar en los demás. Y creo que tiene que ver con una refutación de esto que nos quieren enchufar ahora, como si fuera la ideología unánime. Como si haber votado a Milei, que efectivamente ganó en el balotaje —acá en la provincia de Buenos Aires ni en el balotaje ganó— y es presidente de la Nación quisiera decir que todos tenemos que pensar de esa manera, que ahora tenemos un cassette donde sálvese quien pueda. No es así y además son grandes mentiras, grandes engaños.
Esta comunidad tenía necesidad de una atención de la salud más robusta, pero solo con ellos no hay forma. Para ellos si una cosa se necesita, entonces alguien va a pagar por eso. Y como va a pagar por eso, va a haber ingresos, va a haber demanda y entonces va a aparecer un privado que lo quiera hacer y que venga a hacer el negocio. Entonces uno se pregunta por qué en Pavón no vino una clínica privada a instalarse. Yo les digo que esto está refutado en la práctica. En la provincia de Buenos Aires, en por lo menos 80 municipios, no hay prácticamente nada de prestación privada de la salud, fuera de consultorios de profesionales. No hay clínicas privadas. Eso no existe. Nadie lo prohibió. Nosotros no lo prohibimos. Nadie prohibió que acá venga a ponerse una gran clínica privada. Pero no hace falta ser economista para darse cuenta de que no es negocio acá poner una clínica privada. Que no hay volumen, ni escala, ni hay poder adquisitivo para pagar salud privada, en la dimensión que se necesita, en la complejidad que se necesita.
Es una enorme tontería, una idiotez lo que están diciendo, que todo lo va a resolver lo privado. Nos toman de idiotas. De hecho, yo escuchaba al presidente de la Nación el otro día decir que si una comunidad necesita un puente, entonces los vecinos… De idiotas nos toman. Dice que los vecinos van a “hacer una vaquita” y hacer un puente. Parece realmente que nos tiene, a los argentinos, a los que no son Elon Musk, como si fuéramos medio tarados. Que te pueden convencer de que un puente lo pueden hacer unos vecinos juntando guita.
No puede ser. Pero no es que no puede ser porque en la Argentina algo anda mal. No existe en el planeta eso. No es así. Ni las grandes autopistas, ni los aeropuertos, y para ir a otras potencias, ni las flotas con las cuales amenazan, ni las guerras que hacen, nada de eso se hace con una “vaquita”. Ni la seguridad, ni la salud, ni la educación se hace juntando plata entre los vecinos de cada localidad que necesitan. Eso es mentira.
Es que es más binario y más sencillo. La salud, la educación, la seguridad, la infraestructura, para el conjunto, para la sociedad, para el pueblo, o la hace el Estado o no la hace absolutamente nadie. Eso es lo que tenemos que entender, que nos quieren condenar a un pueblo sin salud, sin educación. Todo lo demás es verso. Y mientras, timba financiera.
Por eso creo que es tan importante destacar cuando podemos trabajar entre diferentes sectores políticos, aunque hayamos estado durante mucho tiempo discutiendo cosas también importantes. Hay cuestiones donde hay una tradición, como la del radicalismo bonaerense, donde no tenemos diferenciaz. Una tradición que viene de Yrigoyen, Oñativia, Illia, Alfonsín, también, que tenían estas ideas.
Salgo del tema bonaerense y municipal y provincial. Y les quiero pedir a todos los que participan de alguna manera de esa tradición, que no voten la Ley Bases. Que no le den los instrumentos a este presidente para que aplique esas ideas sin ningún tipo de control, sin Parlamento, sin nada. Delegación, facultades delegadas, cerrar el Parlamento para que un presidente que quiere fundir a las provincias tenga a sola firma la posibilidad de hacerlo.
Escuchaba a Andrés Gil Domínguez, que es un constitucionalista que no es de nuestro espacio político, es más del radicalismo, decir claramente que puede cambiar la coparticipación. Entonces, uno ya va viendo que, tal vez, las decisiones que toma en un cuarto oscuro empiezan a tener determinadas consecuencias.
¿Y las consecuencias cuáles serían, por ejemplo? Que se había lanzado la construcción de centros de infancia, los CDI, en todo el país y en la provincia de Buenos Aires. Son importantes y sólo el Estado los puede hacer, no los va a hacer nadie más, para los pibes y pibas con determinadas dificultades, o para su formación, o para jardines, son espacios importantísimos. Llegó este gobierno, el que ahora tiene 5 millones de kilos de alimentos guardados en galpones, algo gravísimo. Si me permiten, si fuéramos nosotros los que estuviéramos gobernando, esto habría causado renuncias, pedidos. Pero con este gobierno nacional pasa todo como si nada.
Es gravísimo. Gravísimo que hayan cortado los medicamentos para determinadas enfermedades. Gravísimo que hayan cortado el Fondo de Incentivo Docente. Gravísimo lo del Fondo Compensador del Transporte. Es a cada uno de nosotros que nos afectan la vida con decisiones donde el Gobierno nacional deserta, se borra, se va, y le trata de enchufar los problemas a otros, sin medios.
Los centros de infancia son obras del Gobierno nacional que este gobierno, como a toda la obra, la interrumpió. En el municipio hay una que está al 87 por ciento, si no me equivoco, de avance. Ni siquiera es cuestión de plata. Es cuestión de ineptitud, de torpeza o de crueldad y desinterés, o de todo junto.
Nosotros desde la provincia de Buenos Aires seguimos trabajando, porque también tenemos este compromiso por la salud, por la educación, y también por los pibes y las pibas, por los niños y las niñas. Así que las obras en los centros de infancia que paró el Gobierno nacional las va a terminar el Gobierno provincial. Las vamos a hacer igual.
Por eso creo que es importante reflexionar. Yo no es que quiera ser polémico, pero cuando no le dan el alimento a los que necesitan, ya estamos en otra dimensión de la discusión. Porque estas políticas de desregulación de todo están generando problemas muy graves, ya se empiezan a ver.
Me decía el doctor Kreplak que nos aumentó un 20 por ciento la demanda de salud en el sector público. Yo lo dije los primeros días de este gobierno, lo vaticiné: vienen a privatizar y están estatizando. Porque lo que van haciendo es dándole imposibilidad a la gente de pagarse la salud por privado y esto recae sobre los intendentes, sobre los hospitales provinciales.
Así que nos subió un 20 por ciento la demanda. Nosotros tendremos 100 hospitales provinciales. Para atender esa demanda necesitaríamos 20 hospitales más, por culpa de Milei, que no vamos a poder construir en este plazo. Más bien tenemos dificultades para continuar las obras que tenemos, porque nos han sacado 1 millón de millones de pesos a la provincia de Buenos Aires y otro tanto a todas las provincias argentinas.
Así que fíjense cuánto daño se puede hacer. Y quiero dejar muy en claro las responsabilidades, porque gobernamos hace cuatro años y en municipios donde no somos oficialismo hicimos las obras, cumplimos los compromisos. Así que imagínense, nuestra idea de federalismo es muy distinta. Nosotros tenemos una responsabilidad, más allá de que la organización política de la Provincia sea de 135 municipios. Nuestro compromiso, nuestra responsabilidad, es con 17 millones de bonaerenses.
Muchísimas gracias.