Muchas gracias a todos y a todas. La verdad que muy contento de poder estar compartiendo este rato con ustedes y esta segunda edición del Plan de Fortalecimiento de la Cultura Comunitaria.
Recién Florencia Saintout [presidenta del Instituto Cultural] nos hizo una especie de recorrido por varios lugares, muy lejos de ser todo lo que hace el Instituto Cultural. Varios programas, proyectos, varias actividades, líneas de trabajo, que vienen teniendo no sólo novedad, sino también continuidad, que es muy importante.
Paula Kriscautsky [responsable de la biblioteca popular Del otro lado del Árbol] nos hablaba de su proyecto, un proyecto que además tuve la oportunidad de conocer aleatoriamente. Estaba con mi hijo, ahora como vecino de La Plata, salíamos del médico, y decidimos ir a pasear a un parque y ahí nos encontramos con Del otro lado del árbol, un proyecto precioso en un espacio público, pero un proyecto que además se ve que tiene una vida, una continuidad y la verdad es que no sabía. No tenía ni idea que se inscribían, que participaban de las diferentes líneas que tiene la Provincia de Buenos Aires, pero me parece buen ejemplo lo que vos contabas, de cómo funciona nuestra Provincia. Porque también hay algo de crueldad y una cuota importante de ignorancia en las políticas y en los discursos que estamos escuchando hoy.
La cultura en la provincia de Buenos Aires era algo que no estaba ni siquiera indexado, ni siquiera comprendido, ni siquiera censado en nuestra provincia. Uno que recorre todos los puntos de la provincia de Buenos Aires, sabe que no hay localidad, por pequeña que sea, pueblo, paraje, donde no haya algún emprendimiento, algún espacio, algún centro cultural en nuestra provincia, alguna orquesta, alguna pequeña biblioteca. La verdad es que los hay por todos lados, pero el Estado estaba absolutamente ciego con respecto a esto. Nos pasó en pandemia, porque evidentemente se sufrió mucho, en muchísimas actividades teníamos diseñado para asistir a las pymes, para asistir a los y las laburantes, para asistir a los diferentes sectores que estaban sufriendo, pero todo este mundo, este entramado, no lo teníamos ni registrado. Ni conocido. Sabíamos de su existencia, podíamos, obviamente, sospechar su envergadura, pero no lo teníamos ni siquiera registrado. Y es imposible hacer políticas sobre algo que se desconoce.
Así que son varias las líneas sobre las que ha trabajado Florencia. Estamos celebrando hoy que este programa el Plan de Fortalecimiento a la Cultura Comunitaria está alcanzando, de todos esos proyectos que son miles y miles, un número importantísimo. Simbólico para nosotros, hemos llegado a los 1.000 proyectos acompañados desde el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires.
1.000 proyectos, es un trabajo inmenso; acá se refleja, pero en todos los puntos del territorio bonaerense también con acompañamiento, apoyo, capacitaciones, asesoramiento técnico. La escuchaba a Paula contar, agradecer, reconocer, pero decir que hace falta más. Porque uno mira el volumen de recursos, digo para los ajustadores, y la verdad, como tantas cosas sobre las que están avanzando, no mueven la aguja de un presupuesto provincial. Yo creo que más que una cuestión de monto, era una cuestión de trabajo. De poder llegar, de alcanzar y esto lo sabemos, sirve un montón.
Es recontra necesario, pero no mueve la aguja. No cambia. No es el ajuste. Y esto lo digo para que quede muy claro, porque hablábamos también de la cuestión de las universidades, lo que se está discutiendo hoy del Presupuesto Universitario Nacional y tampoco mueve la aguja del ajuste. Evidentemente, no es una cuestión de plata. Para que le quede claro a todos y todas: esto no es una cuestión de solucionar problemas macroeconómicos, sino que es una cuestión estrictamente de proyecto de país. Quieren un país sin universidad pública. Eso es lo que están peleando los pibes y las pibas, y nosotros lo estamos peleando con ellos.
1.000 proyectos. Es un pedacito de una realidad inmensa. Que tiene que ver con lo que nosotros hemos llamado siempre la comunidad organizada, las organizaciones libres del pueblo, pero que, básicamente, pasa de manera espontánea en todo el territorio de la provincia de Buenos Aires. Eso tendrían que preguntárselo también los liberal libertarios, los austríacos, los anarcocapitalistas, que piensan que todo es la búsqueda del beneficio, la búsqueda de rentabilidad, la búsqueda de ganancias, que todo tiene que ser una timba y que sólo sirve si da guita. Yo creo que por eso se puede hablar de la enorme ignorancia de lo que esto representa. Nosotros tenemos un pueblo organizado, tenemos un pueblo que es solidario y tenemos un pueblo que trabaja en comunidad, eso es lo que estamos ayudando.
Y no es una cuestión bursátil, no es una cuestión de títulos públicos, no se juntan a buscar una aplicación para timbear por tal cosa o tal otra. Se juntan porque hay necesidades que no se satisfacen exclusivamente como piensan desde el punto de vista individualista maximizando el beneficio, maximizando la utilidad desde la perspectiva individual, no es así como funciona, no es la verdad, es una gran estafa, una inmensa estafa. Me parece importante porque esto es un contraste con esa idea de que la sociedad es un mercado y que algo es bueno o malo según si da o no da ganancia. Me parece que la verdad de la vida de nuestro pueblo, las necesidades de nuestro pueblo transcurren por otro lado, que es muy distinto. Por eso, ese discurso que a veces tiene algún atractivo para algunos no termina de pegar, porque no termina de representar la situación real, cotidiana, diaria, general y menos todavía las necesidades.
Y acá quiero dejarlo muy en claro porque la verdad es que nosotros damos apoyo, damos capacitación, damos asistencia técnica, contribuimos así a formalizar, a crear nuevos espacios, a consolidar los que existen, a generar redes, a darle sostenibilidad. Hacemos todo eso desde el Estado. Ahora, si les interesa la eficiencia, si les interesa el esfuerzo, el mérito, el sacrificio, que vayan a ver cualquiera de estos proyectos que estamos financiando y los que no estamos financiando también, cómo a un peso, a un subsidio, a una ayuda, le sacan no un efecto multiplicador, los convierten en millones.
Porque la verdad es que ahí hay un trabajo muy a conciencia y, sobre todo, con un elemento que tampoco entra en los cálculos económicos que es la cuestión del afecto, la cuestión del amor, la cuestión de acompañar al otro, de tender una mano. Cada uno de estos proyectos suele tener dentro de su origen y dentro de su desarrollo, la vocación, el empeño por construir un vínculo, por afianzarlo, por acompañar al que se va quedando afuera. Entonces todo esto que denostan, que a nivel nacional han atacado, han desfinanciado, han roto, han intentado romper porque con la cultura popular, con la cultura comunitaria se han metido la dictadura militar, los han prohibido incluso. Acá simplemente, por ahora, desfinancian y cambian los nombres. Como si eso significara borrar una historia o borrar una trayectoria. Pero hubo épocas donde se prohibía y se hacían igual, pasaba igual, sucedía igual.
Entonces yo creo que esto no es sólo necesario en cualquier situación sino más todavía ahora con lo que está generando el proyecto de Javier Milei a nivel social, a nivel económico, a nivel cultural, con el abandono, con la deserción de un Estado nacional, con un discurso que permanentemente baja con ideas de odio de que el que no piensa igual o el que piensa distinto o el que piensa críticamente, ya es alguien que está mal, un enemigo, alguien a denostar, alguien a insultar. Entonces ante esta situación, ¿qué es lo que va ocurriendo? Entre lo económico y cómo quieren que se conduzca la sociedad, se instalan situaciones realmente de zozobra, situaciones de soledad, situaciones de desesperación. Esto está pasando, lo pueden negar, pueden decir que estoy exagerando.
No es así, basta recorrer la provincia, no sólo el que perdió el laburo, no sólo el que no llega a fin de mes, no sólo el que no le dieron ni siquiera un pequeño aumento en la jubilación, no sólo el que hoy está luchando por su universidad, pero le entra la duda sobre su trayectoria de vida, sobre su planificación, sobre si va a poder terminar la carrera que estaba estudiando, sobre qué va a pasar con el cuatrimestre. Todo esto genera enorme angustia y, finalmente, creo que acá está uno de los núcleos. ¿Cuándo triunfa esto? Cuando esa angustia se va transformando en aislamiento, se va transformando en dispersión, se va transformando en disgregación, se va transformando en enojo, se va transformando en resentimiento y, entonces, tenemos una sociedad que termina en situaciones como las que están ocurriendo hoy. Lo decía el otro día, porque estuvimos caminando en Escobar, por un centro que tiene que ver con la policía motorizada.
Pero hablábamos con las estadísticas, veíamos las estadísticas y están apareciendo casos de violencia que antes no había en lugares donde antes no había, o se están multiplicando, están creciendo y entonces te dicen y lo cito textual: “Donde antes era un enojo, ahora aparece un hecho de violencia física, donde había un hecho de violencia física, ahora aparece, tal vez, un arma cortante”. Y todo va a escalar en la comunidad misma, en los barrios, entre vecinos. Estas cosas están pasando, no tiene un átomo de exageración, no tiene un átomo de intencionalidad o de generar dramatismo, es lo que está ocurriendo en la sociedad con Milei. Es lo que está pasando hoy.
Por eso, ante esa situación ¿cuáles son los anticuerpos que puede desarrollar el Estado? Van a decir: “Bueno, miren, hay que hacer un ajuste, hay montones de problemas y están acompañando a proyectos de fortalecimiento de la cultura comunitaria”. Yo les digo, ante esta situación, no hay peso mejor gastado. Porque esto contribuye a fortalecer esos vínculos, a generar actividades para los pibes y las pibas, a estrechar, entonces, los lazos que están en riesgo y que están siendo atacados desde el discurso y desde la realidad material, desde lo simbólico y desde lo económico. Tenemos esa situación y nosotros necesitamos transcurrir esta etapa sin que se rompan cuestiones que son muy difíciles de reparar.
Está ese aspecto, que vendría a ser un aspecto cotidiano, diario y de situaciones pequeñas, pero después está la cuestión general, que obviamente tiene que ver con la gran pregunta, ¿por qué desfinanciar el INCAA, la CONABIP, las bibliotecas populares? ¿Quién puede estar en contra de esto? Y esto no se hace solo, lo pueden hacer con mucho esfuerzo, pero obviamente un respaldo y un acompañamiento lo fortalece, lo hace crecer y lo sostiene. Y lo mejora y lo amplía.
Entonces, ¿por qué tanta saña con el Instituto Nacional del Teatro? ¿Por qué tanta saña con los artistas, con la cultura? Bueno, es un proyecto de país que excluye a todas estas manifestaciones, excluye estos aspectos de la vida, no los considera o los considera malos o no les importa. Pero, además, creo que siendo un proyecto, en términos de desarrollo y en términos de perspectiva, un proyecto de un país precarizado, de un país primarizado, de un país donde no está clara la cuestión de la soberanía, donde no está clara la identidad, donde parece que todo es lo mismo, donde los únicos dignos de respeto son los millonarios del extranjero. Yo quiero decir que cambio 200.000 horas con Elon Musk por 15 minutos en cualquiera de los proyectos culturales que se realizan en nuestra provincia, que realiza nuestro pueblo.
Entonces, yo creo que este proyecto, para hablar de lo grande, solo se mantiene, solo se sostiene si al mismo tiempo se ataca a la cultura, se ataca al arte, se ataca a la ciencia, se ataca a la organización comunitaria, se ataca a las universidades, se ataca a los proyectos de vida de cada uno, que dicen defender, pero que no dan espacio para el que no puede pagar por privado. Todo esto es lo que está en juego hoy, por supuesto que este es un pequeño acto, por supuesto que dicen: “Hace todo para contrastar con Milei”. No, estamos haciendo lo que hicimos siempre y que vamos a continuar, no importa lo que pase, que es el apoyo a nuestra cultura comunitaria.
Muchas gracias a todos, a todas, a seguir, a no aflojar, a tenderle la mano a los demás, a estar presentes; el Estado solo, la política sola, la dirigencia sola no puede, necesita el acompañamiento de un pueblo que defienda lo que es suyo.
Muchísimas gracias.