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Palabras del Gobernador Kicillof durante la inauguración de la nueva Casa de la Provincia en Pila

Viernes 26 de Abril 2024

Buenos días a todas y a todos. Seba [Sebastián Walker, intendente de Pila], siempre que venimos a Pila es para alguna inauguración, para alguna recorrida, para acompañarte a vos en esa tarea incansable. 

Es cierto lo que dice el intendente de que narrar, contar todo lo que hemos hecho en Pila estos años llevaría un buen rato. Pero claro, algunos de los recuerdos que trajiste de cuando estábamos en campaña electoral, en una etapa, también, donde gobernaba la derecha en la Argentina, el neoliberalismo, donde ya faltaba todo en la Provincia, donde había un enorme abandono. Pensábamos que habíamos conocido ahí lo que podía ser un Estado que abandona, un Estado nacional, en ese caso también provincial; no sabíamos lo que se venía en este período. Donde ya, no es un abandono solamente, es una deserción. Recién Cristina [Cristina Álvarez, Rodríguez, jefa de Asesores] caminando por ahí, recorriendo la Casa, decía “desenchufaron”, ¿no? desenchufaron el PAMI, desenchufaron lo que tenía que ver con asistencia del Gobierno nacional a todas las provincias argentinas.

En el 2019 vinimos en el Clio y, efectivamente, esto era un descampado. Y la verdad es que en Pila tenemos muchísimas obras: hemos entregado viviendas, hemos recorrido escuelas, la oficina para las mujeres. Hoy estamos inaugurando formalmente esta Casa, porque está abierta desde noviembre. Nosotros la llamamos la quinta, pero estuvo lista y terminada, por supuesto que más allá de que en aquel momento no tuvimos tiempo de venir, nos comprometimos a estar presentes un día para recorrerla en detalle, como hicimos hoy, para conocerla y verla en funcionamiento. Es la primera vez que venimos a una Casa de la Provincia que está abierta hace tanto tiempo. Parece que es como un especie de menoscabo porque no cortamos cinta el día de la inauguración, pero para mí es muy valioso porque es verla funcionando, verla viva. Así que las dos cosas, estuvimos acá cuando fue un descampado, hace poco más de 4 años, y estar acá donde la Casa de la Provincia ya está funcionando.

Felicité a quienes se ocupan, trabajadoras y trabajadores de cada una de las dependencias, también a las y los de limpieza, de mantenimiento, porque está hermosa. Las que vi recién inauguradas no estaban ni más lindas ni más relucientes que ésta. Así que felicitaciones. Porque está hermosa y porque donde no había nada ahora hay esta monumental. En términos relativos, monumental Casa de la Provincia de Buenos Aires, de Pila. Que no hace una sola cosa, porque estamos en este salón, también otra novedad, otro estreno. Es la primera vez que usamos la Casa de la Provincia por las condiciones climáticas para hacer una suerte de acto, que lo tendríamos que haber hecho hoy a la intemperie, o en algún lugar prestado, también, de la Municipalidad, pero una de las funciones que imaginamos para este espacio era poder hacer reuniones de diferentes tipos y también, como en este caso, un encuentro para que el gobierno de la Provincia, junto con el intendente, le cuente al pueblo de Pila qué estamos haciendo, qué hace la política en Pila.

La política en Pila —la política provincial, la política municipal— hace obras como estas que les transforman la vida a la sociedad, a nuestro pueblo, que le abren las puertas, que la hacen mejor, que la hacen más eficaz, la hacen más acogedora, más contenedora. Que sepa nuestro pueblo que la Provincia de Buenos Aires hace muchas cosas que no las resuelve el mercado con su mano invisible. Las resuelve el Estado con obras como estas, como la Casa de la Provincia.

Así que como esto lo tuvimos que armar en la marcha, porque no sabíamos que iba a estar lloviendo, también me sorprende, y le agradezco al intendente, todos los elementos que vertió en su intervención, en su discurso. Pero quiero, ya que estamos fuera de programa y que hablaste de Juan Manuel de Rosas, hacer un comentario también totalmente improvisado, porque ayer estuve en Uruguay, en la vecina República Oriental del Uruguay.

Me invitaron al Parlamento uruguayo a participar de un encuentro, de una charla, de una mesa redonda a hablar sobre los 33 orientales. Creo que a todos les suena los 33 Orientales. Obviamente, ya sabía, pero ayer vino un experto, un historiador experto en esa parte de la historia, en buena parte de la historia del Uruguay, y contaba algo que allá es como lugar común, porque los 33 orientales cruzaron desde la Argentina, entonces no era exactamente la Argentina, pero cruzaron el Río de La Plata, cuando lo que hoy es Uruguay, en ese momento era la Banda Oriental, había sido tomada, conquistada, por un imperio que era el de Brasil. O sea que se había perdido una provincia argentina.

Y fue una discusión muy importante en esa época, esto ocurrió en 1825. Y se acuerdan que después de la Revolución de Mayo, de la etapa de las guerras de la independencia, una parte de las guerras de la independencia, la gesta de San Martín, la declaración en toda América Latina de las independencias y la formación de lo que hoy son los países de nuestro continente…, partir de 1819, 1820 empieza lo que nosotros acá —de eso no hablaron allá porque es nuestra orilla— llamamos la anarquía del año ‘20. La famosa anarquía del año ‘20, en realidad no fue tan anarquía, ¿no?

Así que ayer fue un día de decepciones porque sabía, pero lo dijo con mucha claridad, que los 33 orientales no eran ni 33, ni orientales. Contó este historiador un poco ese fenómeno y explicó por qué también era importante que hubiera un gobernador de la provincia de Buenos Aires presente. Se cumplen 199 años, pero el año que viene es el bicentenario, que es un momento muy importante porque esos 33 orientales, en medio de la toma y la pérdida de la Banda Oriental, lo que hacen es empezar la recuperación que termina en la independencia uruguaya y que luego sea un país, que es un poco posterior. Pero se toman unos pequeños, improvisados barcos y cruzan para allá. Y ponen en marcha ese proceso, que desencadena y termina con la independencia uruguaya, que es tan distinta a la nuestra, que fue una revolución, aquella fue más negociada.

¿A qué viene todo esto? ¿Y cómo se vincula con lo que contaba Sebastián? Que esa expedición de los 33 orientales sale de Buenos Aires. Y que tiene unos impulsores, unos benefactores. Vamos a decirlo en criollo: quienes ponen la tarasca, porque la idea era desencadenar un proceso de insurrección y de liberación.

El que más plata pone es Rosas, Juan Manuel Rosas. Pone, junto con Anchorena y otros hacendados de la provincia de Buenos Aires, los recursos para que esos no 33 ni del todo orientales llegaran ahí. Porque había argentinos también. Todavía no eran ni uruguayos ni argentinos, pero habían nacido en Buenos Aires y fueron a liberar a la Banda Oriental. Y a convertirla en qué. En una provincia de las Provincias Unidas del Río de La Plata. Recuperarla en realidad. Después termina siendo un país independiente.

Me comentaban la importancia que tiene para Uruguay no sólo el vínculo con la Argentina, sino el vínculo con la provincia de Buenos Aires y la participación y el protagonismo de Rosas en todo esto. Lo cuento porque la presunta anarquía de 1820, en realidad, no fue tan anarquía. Lo que ocurrió es que había un gobierno unitario, centralista y hubo una discusión con los caudillos, con los representantes de las provincias. Es decir, que en realidad fue un episodio de la disputa entre unitarios y federales por la formación de un país que termina siendo, un poco en manos de los unitarios, pero un país federal y con una Constitución federal. Eso es más adelante.

Pero en realidad lo llama anarquía la historia liberal, a la que no le gustaba que el interior se hubiera enfrentado al centralismo, no a Buenos Aires —sí es cierto que la ciudad capital de nuestra provincia era la ciudad de Buenos Aires en aquel momento—, sino al unitario. Porque dentro de Buenos Aires también había unitarios y federales.

Esta historia que parece una historia pasada y esta satisfacción enorme de ir a hablar de un gobernador de la provincia de Buenos Aires a Uruguay, que se lo recuerde así, como un factor central de su vida como pueblo, de su Nación. La presencia de Rosas también en la otra orilla. Tan repudiado en ésta, pero ahí no se pueden olvidar o no pueden borrar —algunos historiadores sí— el protagonismo que tuvo Rosas y su visión, no sólo de nuestro país, no sólo de nuestra provincia, sino también del continente, de la unidad latinoamericana, de su enfrentamiento a las potencias extranjeras. Todos sabemos y conmemoramos la Vuelta de Obligado como un momento de la independencia. Y esto que tanto les duele a algunas tradiciones históricas y a algunos políticos, que se inscriben hoy todavía en esas tradiciones, el hecho de que el libertador San Martín, que reivindica Mitre, le haya regalado su sable a Rosas.

Precisamente por esa defensa de un país integrado, de un país diverso, de un país federal y porque defender un país, defender al pueblo, a la soberanía, implica a veces levantar la voz y, en aquel momento, la espada también, contra invasores de potencias extranjeras.

Así que yo digo que es pura coincidencia. Pila fue fundada por Rosas, Uruguay de alguna manera también, nuestra Provincia tal como es y nuestro país también. Así que para terminar esta parte de lo que quería decirles, vaya desde Pila la reivindicación al brigadier.

Un verdadero ejemplo en políticas públicas, también. Cómo se lo puede conmemorar, cómo se lo puede recordar, cómo se puede homenajear y honrar a Rosas. A mí me parece que de muchas formas: con un busto, con un discurso, con un libro. Ayer me regalaron un libro de Rosas que escribió uno de los más importantes fundadores de la tradición popular en Uruguay, que es Vivian Trías. Tiene otro sobre Artigas, y como a todos ellos los persiguió la dictadura, el libro sobre Artigas desapareció. No está. No hay ningún ejemplar. Hay registro de que existía. El de Rosas quedó, tal vez porque la dictadura uruguaya tenía más preocupación por Artigas y la tradición artiguista, también federal, que por la tradición de Rosas y por Rosas.

¿Pero qué mejor manera puede haber de honrar a Rosas que reabriendo una escuela que cerró la derecha? Como una parábola, ¿no? Y también pensando en ese país que, a veces lo gobierna lo que ahora yo sigo llamando la derecha, porque instalamos esta cuestión de que había una disputa fuerte entre la derecha y los derechos, durante la campaña, donde tal vez algunas expresiones de nuestra oposición decían “no, pero nos llaman la derecha” y hoy tenemos un presidente que se la pasa generando vínculos con diferentes expresiones internacionales de algo que en todo el mundo se llama la derecha. En Argentina también se llama la derecha.

Así que, de nuevo, creo que estamos en un capítulo, tal vez uno de los más dramáticos de discusión, de disputa entre formas de ver a la Argentina, a la política, al Estado, a la vida cotidiana, a la libertad. Porque nos quieren imponer como que la libertad es patrimonio de ese sector. Y nosotros lo hemos discutido diciendo que pueden gritar, incluso insultar, impostar la voz, pueden hacer papelones usando la palabra libertad, pero que esa libertad se vuelve absolutamente abstracta.

Vos los decías, Seba, cuando hablabas de que acá en Pila, desde el Gobierno municipal, —y por supuesto que en eso estamos en el mismo lugar y trabajando juntos— donde hay una necesidad nace un derecho. Pero también vale la pena matizar esta cuestión o problematizar esa libertad, porque si no se cumplen los derechos y si no se garantizan los derechos, la verdad que la libertad es la libertad de vivir muy mal, la libertad de vivir con privaciones, la libertad de vivir solo, abandonado. Y por más egoísmo, y por más que uno pueda decir “que nadie se meta en mi vida, que quiero ser libre”... ¿Libre para qué? ¿Para no tener escuela, para no tener universidad?

En esta discusión acerca de si hay libertad o no, considerada solamente como libertad individual, nosotros decimos que no hay libertad si no hay derechos, si no hay igualdad. Esta discusión creo que la vamos a seguir dando, pero ya la saldaron 1 millón de argentinos y argentinas cuando marcharon en defensa de sus derechos a la educación, a la educación pública, gratuita, universitaria, de calidad, para todos y todas.

Y eso mismo, simplemente, es lo que trata de hacer la Casa de la Provincia de Buenos Aires. Porque tenemos a las dependencias del Ministerio de Desarrollo Agrario, a nuestra ARBA, al Ministerio de las Mujeres, al Ministerio de Justicia, al Ministerio de Salud, al Ministerio de Cultura, al Ministerio de Trabajo, a IOMA, IPS, al Registro Civil, al Registro Provincial de las Personas.

Ampliando derechos, garantizando derechos en todos los rincones de la provincia, en todos los municipios de la Provincia. Lo dijimos en el 2019, seguramente cuando nos bajamos del Clio y nos pusimos a hablar. Dijimos que no iba a haber municipios de primera y de segunda, pero que eso no era simplemente una enunciación bonita. Había que hacerlo. Y para eso había que acercar el Estado, el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires a cada uno de los y las bonaerenses, en las condiciones adecuadas.

Le preguntábamos a cada uno de los laburantes de la provincia de Buenos Aires dónde tenían sus oficinas antes y nos decían en un cuarto de dos por dos, en un lugar oscuro. Y eso, por un lado, desde la perspectiva de las condiciones de trabajo. Pero, por otro, desde el acceso a los derechos. Los derechos son derechos porque están consagrados por leyes, por la Constitución. Hay derecho a la educación pero hay que abrir una escuela rural para que la tengan esos cuatro pibes y pibas. Hay derecho a la salud, pero hay que invertir en los remedios, como lo hace Sebastián. Hay derecho a la vivienda, pero hay que construir viviendas para aquellos que no pueden comprar en el mercado y se quedan afuera. Y hay derecho a muchísimas cosas, pero hay que convertirlos en actualidad, en realidad, hay que hacerlos accesibles.

Así que para garantizar y darle a Pila, al pueblo de Pila, el acceso a los derechos que les corresponden, hicimos esta Casa de la Provincia, para eso trajimos esta maquinaria para colaborar con los caminos rurales, para eso vamos a seguir trabajando incansablemente, demostrando que la derecha lo que viene es a apropiarse de recursos. Pero no sólo de recursos, no sólo de posibilidades sino también de los sueños. De los sueños que cortan y rompen cuando no hay acceso a la universidad, cuando no hay escuela rural, cuando no hay caminos rurales, lo que hacen es que ni te animes a soñar porque igual no va a pasar nunca.

Así que nosotros venimos a devolver derechos, a garantizar derechos, aunque nos corten fondos, aunque nos insulten, aunque nos imiten mal. Me habla Seba del tomógrafo a través del Banco Provincia. Claro, hay que acercar, garantizar finalmente, porque si está lejos y distante a veces no existe el derecho a la salud. Todos saben: ojos que no ven, corazón que no siente. Tomógrafo a kilómetros, tomógrafo que es más difícil de acceder y de utilizar.

Entonces creo que son muchas tareas que estamos realizando en condiciones muy difíciles. Por eso también hay que valorar el doble, el triple, cada logro y cada acción de gobierno que se sostiene y que se protege. Pero en eso estamos.

Ante un pueblo que no votó en la Provincia por lo que hoy gobierna a nivel nacional —no votó por esto, por lo menos, su mayoría—, nosotros tenemos la responsabilidad y la obligación de proteger, de cuidar sus derechos y también de representarlo y acompañarlo en sus luchas. Porque ninguna provincia, aunque algunos me dicen “ahora hay que traer a la provincia de Buenos Aires el INCAA, ahora hay que traer…”, todo lo que cierran allá, hay que traerlo acá, una especie de trinchera, de refugio. No, no se va a poder traer todo lo que Milei abandona, lo que el Gobierno nacional abandona vamos a sufrirlo. Además hay grandes factores económicos, salario, precios, que empiezan a desalinearse de estas formas.

Hoy se habla mucho de que el éxito sería estabilizarlo, que no se mueva. Pero me pregunto también a qué niveles lo quieren estabilizar y congelar. Porque uno podría tener los precios como los tenemos ahora, y el salario por el piso. Así que yo le advierto al Gobierno nacional: la cuestión no es congelarlo, estabilizarlo y dejarlo fijo. La cuestión es que el salario alcance los precios. Si no se pueden comprar los alimentos, los medicamentos, el combustible, si hay que resignar y abandonar derechos que tenía la sociedad, no hay nada para festejar.

Así que acá estamos luchando por los derechos de los y las bonaerenses, por un Estado presente, por un Estado solidario. Muchas gracias, Seba. Es una pelea muy grande, pero vamos a estar con ustedes.

Muchísimas gracias. Cuenten con nosotros.