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LUJÁN

Palabras del Gobernador Kicillof durante la presentación de un documental sobre las obras en el Río Luján

Lunes 17 de Marzo 2025

Buenas tardes a todos y a todas.

Creo que tengo poco para agregar a lo que dijo Leo [Leonardo Boto, intendente de Luján], a lo que dijo Sergio [Sergio Frascaroli, representante del colectivo “Inundados Luján”], que pedía disculpas por la emoción. Yo quiero decir, Sergio, te agradecemos esa emoción porque es lo que hizo esta obra.

Después, algunos comentarios breves. Primero, por supuesto, Leo, el empuje, la convicción, Juani [Juan Ignacio Ustarroz, intendente de Mercedes], que vienen pidiendo desde antes de que yo fuera gobernador que alguien tenía que tomar la decisión, el toro por las astas y resolverlo. Agradecerle a la CAF [Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe], agradecerle también a lo que para mí es la fuerza motora de esto, que es la lucha de un pueblo, de los vecinos y vecinas.

Ustedes saben que yo siempre digo que los reclamos, los pedidos que para algunos dirigentes políticos son una incomodidad, una molestia, en realidad tienen que convertirse en un llamado de atención, en una suerte de permanente diálogo, en dónde tenemos que poner el oído.

Cuando los vecinos se organizan, sostienen luchas, es porque atrás de eso hay una demanda genuina, real, una necesidad y nosotros somos de la escuela que dice que donde hay una necesidad nace un derecho. Así que esa necesidad no puede ser muda ni en sordina, ni enmudecerla, como veíamos el otro día, menos todavía, con represión y con palos. Estaría bueno que en vez de los palos pusieran orejas y escucharan el reclamo de los jubilados.

Luego, esta obra; esta obra es una obra monumental. La verdad es que podemos contarla, hoy veníamos hablando con Cris [Cristina Álvarez Rodríguez, jefa de Asesores bonaerense], con Kato [Gabriel Katopodis, ministro de Infraestructura y Servicios Públicos], de lo que representa esta obra en materia de ingeniería, en materia de hidráulica, en materia de infraestructura. Porque inundaciones en esta región, como decía el agente de hidráulica, hay hace miles de años, antes de que esto tuviera basílica, pueblo, modernidad, ya este río salía de su cauce y se inundaba.

Es decir que el hombre se vino a radicar, la humanidad, la civilización, nuestro pueblo, se vino a radicar al lado de un río que siempre tiene la ventaja del acceso al agua, de las comunicaciones, pero que tiene los riesgos vinculados a estos fenómenos naturales. Así que hoy estamos nuestras ciudades, nuestra cultura, con la naturaleza, con un cauce de agua, pero es una obra que nadie hizo, yo diría durante tanto tiempo nadie la hizo y eso tiene una explicación, son obras muy caras, son obras costosísimas. Lo comentaba en el fragmentito que pasaron, esto supera el presupuesto municipal, estamos hablando de 300 millones de dólares, 300.000 millones de pesos. Ustedes fíjense que estamos hablando de magnitudes, de valores, realmente elevadísimos.

Entonces es muy cara, pero además lleva mucho tiempo, es decir que requiere una continuidad, requiere una decisión y una convicción de que nada la pueda parar, porque cuando uno encara obras que llevan años y años, y ha pasado en la Argentina, más allá de iniciarla se corre el riesgo de que luego no se termine. O alguno, especulando, dice “y mirá si yo la inicio, hago todo el esfuerzo y después no estoy para el momento donde se muestra el resultado, se puede inaugurar y entonces…”. Bueno, tiene estas características y no son de la mezquindad, a veces son de los ciclos políticos, a veces de condiciones financieras y económicas, a veces también tienen que ver con la situación en la coyuntura del país.

Tomar la decisión de hacer esta obra era arriesgar, también, a que la obra realmente tuviera una conclusión. Cuando la estudiábamos al comienzo y veíamos que eran 5 puentes, ahí se veían algunas imágenes con demoliciones, la verdad que son obras audaces.

Son obras que se demoran tanto porque hay que juntar el dinero, hay que tener la perspectiva temporal, pero, sobre todo, hay que tener el coraje de mandarse, de hacer esto y que salga bien. Yo creo que el mérito acá no solo es haberla comenzado, es que todo este tiempo la seguimos, la continuamos y que, así como la continuamos, a principio del año que viene la vamos a terminar.

Y es una obra que tiene mucha actualidad por lo que está pasando en Bahía Blanca, por supuesto porque pone en cuestión otros elementos. Primero, que la obra misma no es solo una obra estrictamente hidráulica, nosotros tenemos varias obras de esta naturaleza. Lo estamos haciendo en la Cuenca del Salado, porque la Cuenca del Salado se había abordado, el dragado del río Salado también con un problema similar, de otra envergadura, porque se inundaban 8,5 millones de hectáreas de campo; los desbordes del Salado hacían improductiva tierra que tiene otras posibilidades y otra potencialidad, también atraviesa zonas urbanizadas, o sea que la cuenca del Salado es, el cauce del río ensancharlo y después profundizar el río, es construir un río nuevo, como es acá. Estamos construyendo un río.

Lo decían muy bien: los 60 kilómetros que tiene la intervención esta, la más fuerte, es más o menos como hacer la autopista Buenos Aires - La Plata en materia de obra, pero bueno, estás trabajando sobre algo vivo, el río y sobre sus riberas y sobre toda esa superficie que implica vida, movimiento. Es una obra también que trae incomodidad, eso también es un factor, pasa con este tipo de obra, que hay que correr cosas, hay que interrumpir actividades; bueno, son obras difíciles de hacer.

En esta obra decidimos una cuestión más, que es además del dragado del río, de las defensas, de todo lo que tiene que ver con la prevención hasta el punto en el que lo permiten eventos climáticos que se salen de escala, la prevención de inundaciones, también hacer obras complementarias, equipamiento urbano.

Estamos en esta obra, obviamente, por donde pasa el río estrictamente haciendo el trabajo de dragado, de ensanche del río, de construcción de cinco puentes nuevos, pero estamos también en Mercedes, en Pergamino, en Exaltación, en Suipacha, en Luján, haciendo cloacas, haciendo obras que permitan aprovechar el río sin dañarlo.

Estamos cuidando el ambiente, además de cuidar a la gente, porque me parece que esa integración de la que hablamos tiene que ver con una agenda que, lamentablemente, no es la agenda del Gobierno nacional. Yo hablaba del Salado, después hay en Matanza, son zonas mucho más pobladas, el Duppy, ¿no? Que estamos haciendo, también, obra histórica, que tiene que ver con prevención de inundaciones, con manejo hídrico. Y yo decía, este tipo de obras son las obras que van a cambiar por décadas, por siglos el desarrollo de una comunidad, el desarrollo de una provincia.

Pero tienen que ver también con una coyuntura, que es el cambio climático. Tiene que ver con una imperiosa agenda de urgencia ambiental, que es una agenda de todo el planeta, prácticamente, con un agujero de esa agenda en la Argentina, donde el Gobierno nacional interrumpió en este momento ya definitivamente, u oficialmente, la parte que les toca a ellos de la continuación de la obra del Salado. Bueno, la Provincia de Buenos Aires va a continuar con lo que le toca también en la cuenca del río Salado, y es una agenda que está en el orden del día por las tragedias climáticas que se suceden a lo largo y a lo ancho del planeta.

Hay que hacer grandes cambios en la infraestructura, hay que rediseñar algunas obras y algunas ingenierías que estaban pensadas para otras situaciones climáticas. Es decir que es una agenda muy exigente, muy ambiciosa, muy urgente que la Provincia de Buenos Aires está abordando; que estamos abordando. Y que la cuestión del cambio climático nos preocupa, la estamos trabajando con obras de esta naturaleza, pero que, además, ¿cómo se resuelve? Con infraestructura. O sea que tenemos la doble desgracia: un Gobierno nacional que niega el cambio climático y que está en contra de la obra pública. Cuando yo acabo de decir [que] no hay municipio que pueda resolver un dragado de un río de esta magnitud, no hay una provincia, así que se necesita al Gobierno nacional.

Es muy grave y muy difícil y muy comprometida la situación. Y quiero decirle a los vecinos y vecinas que pasaron por esto, que si acá no estuvieran estos dirigentes políticos sino los que gobiernan el Gobierno nacional, que gobiernan el Estado nacional, hoy les dirían muy sueltos de cuerpo “no hay plata”, como si esa muletilla solucionara la cuestión del cambio climático, o el riesgo de inundación, o el problema de falta de cloaca, o el problema de escuela, de salud. Es decir que esa muletilla de “no hay plata”, que parece simpática, pareció graciosa en internet, en TikTok y en las redes, es la cosa más cruel y desalmada que se haya oído en política.

Cuando un vecino, una vecina, un bonaerense o una bonaerense tienen un problema, este Gobierno provincial, este Gobierno municipal van a tratar de resolverlo, no de sacárselo de encima tirando la pelota afuera. Así que yo creo que esta obra demuestra que con infraestructura social básica, con grandes obras, se pueden ir resolviendo los problemas. Requiere, por supuesto, comprensión, requiere empatía y sensibilidad y requiere, sobre todo, decisión política.

Esta obra es una de las obras más grandes y más importantes de esta gestión, que va a durar dos periodos pero que va a dejar una huella en Luján, lo va a dejar en toda la región, incluye hasta Pilar las obras que vamos a hacer, Exaltación de la Cruz; es decir, incluye toda la cuenca del Luján y es simplemente con un objetivo, hacerle más fácil, hacerle mejor, darle a nuestro pueblo más felicidad.

Así que bueno, muchísimas gracias.