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TRES LOMAS

Palabras del Gobernador Kicillof en una entrega de viviendas y de computadoras del programa Conectar Igualdad Bonaerense

Jueves 19 de Septiembre 2024

Buenos días a todos y a todas. Muchas gracias al intendente, a Luciano [Luciano Spinolo]. Hoy el clima nos jugó una mala pasada, parecía que no salía el vuelo, hubo complicaciones. Pero les decía a los pilotos, ¿Cómo no vamos a ir a Tres Lomas? ¿Cómo los vamos a dejar con este recibimiento, con este hermoso pueblo, con toda esta gente festejando hoy? Es una alegría, creo que es mi cuarta o quinta visita a Tres Lomas. La verdad que tenía ganas de estar acá y, además, de estar haciendo esto que les paso a contar.

Recorrimos primero la Casa de la Provincia. Es una obra que está muy avanzada, que sigue en marcha. Y eso es algo que hay que destacar, creo que de todo lo que hacemos hoy, todas las actividades de hoy, hay que destacarlas. Es una excepción lo que está pasando en la Provincia de Buenos Aires. Tal vez no es del todo claro, y tal vez, desde aquí, desde el interior —ayer también estábamos entregando viviendas en el interior— quizás no se note tanto, pero lo que está ocurriendo en la Argentina, en nuestro país, es de una gravedad inmensa.

Y no quiero ponerme ni con cuestiones sensibles y menos todavía dar golpes de efecto, pero hoy a la mañana hablaba con nuestro ministro de Salud de la Provincia, con Nicolás Kreplak, —la última vez que vine creo que estábamos inaugurando un ala del hospital— de la situación sanitaria de la Provincia de Buenos Aires. Me decía que está viniendo gente a los hospitales que tiene algún tipo de malestar, alguna dolencia, vinculado al hambre. Y que hay gente que se interna y después no se quiere ir porque no tiene cómo pagar la comida.

Por supuesto que esto no es generalizado, no es 100 por ciento, y por supuesto que las cosas no estaban perfectas en la etapa pasada, pero estas cosas no pasaban. Y cuando uno mira los cálculos de cuánto sale el alquiler, más cuánto sale el combustible, más cuánto sale la comida, empieza a hacer las cuentas y entiende rápidamente por qué ocurre esto. Porque se han descontrolado determinados precios y no [han aumentado] los ingresos del comerciante, los ingresos del productor, los ingresos del laburante, eso está quieto, y suben las cuentas, los remedios.

El otro día veíamos al Gobierno nacional festejando porque se vetó —debe haber seguramente alguien acá que cobra una jubilación de Anses— un aumento de 15.000 pesos para los jubilados y las jubiladas. Y la verdad es que yo les digo como economista y como gobernador, que ese aumento no te desarma las cuentas, no te desarma el presupuesto; no es una deuda enorme que hay que tomar, es una decisión política.

Ayer se presentaba —o el domingo— un presupuesto donde hubo aumento para el servicio de inteligencia, hubo aumento en lo que se va a recaudar de retenciones, hubo aumento también en el gasto en equipamiento militar, las pocas partidas que aumentaron, y los intereses de la deuda. Pero se baja en el presupuesto del año que viene lo destinado a los subsidios energéticos, o sea que hay aumentazo, sigue el aumentazo, esa es la previsión del Gobierno. Obra pública cero.

Esto se vive en la provincia de Buenos Aires, pero nos está pasando en todo el país, porque los compañeros o los colegas gobernadores también han parado las obras en sus provincias.

Así que estamos en un momento donde en la Argentina, prácticamente entera, con alguna excepción, hay obra pública cero. Y eso tiene que ver con una política del Gobierno [nacional]. En nuestra provincia no ganó, ni siquiera en el balotaje, el que hoy es presidente. En nuestra Provincia no ganó, pero sé que obtuvo un caudal electoral importante.

Yo lo quiero decir porque esto va más allá de la discusión partidaria. Esto va más allá de la discusión tradicional, que hemos tenido [durante] muchísimo tiempo. De hecho, en este escenario hay un intendente del radicalismo y un gobernador del peronismo, y, miren, me recibió cuando llegué, estábamos con dirigentes e intendentes también de la región y no hubo un insulto, no hubo un agravio, no necesitamos descalificar al otro. Creo que eso es algo que tenemos que entender de esta etapa. Con agresión y con violencia no se va a solucionar absolutamente nada. Y ustedes ya me conocen porque soy gobernador hace casi 5 años; nunca salió de mi boca un insulto, una agresión, ni una descalificación. Podemos criticar, disentir, pero con respeto.

Eso también está pasando hoy: mucho insulto en las redes, mucha violencia, mucha agresión, descalificación, a los políticos por supuesto, a los gobernadores por supuesto, a los diputados y a las diputadas, que los han votado ustedes. Nos han votado ustedes. Entonces, también, al insultar, al decirles “ratas” yo creo que hay una descalificación a la sociedad en su conjunto, al sistema democrático.

Y lo quiero decir, porque ¿cuál es la preocupación que tengo? Que hay mucha gente que votó a Milei, y Milei andaba con una motosierra —nadie lo puede negar— entonces dice “bueno, ahora esto que estoy haciendo fue votado”. Y yo digo que no es verdad. Yo conozco a la provincia de Buenos Aires, conozco a los que nos votan a nosotros y a los que no nos votan también; por eso estamos acá, porque las viviendas las hacemos más allá de si son peronistas, si son radicales, más allá de donde viene el intendente, conocemos un pueblo.

Milei andaba paseándose con una motosierra y decía que iba a hacer un ajuste, pero un ajuste para la casta, para determinado sector. Yo me pregunto si los que lo votaron a Milei lo hubieran votado igual si les decía que iba a sacar los remedios de PAMI, si les decía lo que iba a salir 1 litro de combustible.

De hecho, Milei, —el otro día en la campaña, eh— andaba diciendo: “No, ¿qué tarifazo? Acá la luz va a subir cuando la gente gane mejor”. ¿Se gana mejor? No. ¿Hubo tarifazo? Sí. Milei mintió. Estafó a los que lo votaron también. Porque él decía que el ajuste era para la casta, no en el supermercado, no en la farmacia, no en la estación de servicio, no en la boleta de luz y gas. Y creo que esto hay que dejarlo en claro porque hay mucha gente que lo votó esperando estar mejor.

Nosotros somos tremendamente respetuosos de las urnas, de las elecciones, y de sus resultados, pero Milei cortó toda la obra pública en la República Argentina. ¿Y a quién le ajustó? Le ajustó al jubilado y a la jubilada, ajustó en las tarifas —o sea, a todo el pueblo—, ajustó a las provincias. Tampoco lo dijo en las elecciones. 

Entonces, ¿qué tenemos? Bueno, nosotros fuimos a la Corte Suprema de Justicia a reclamar los fondos que son para la Provincia de Buenos Aires. Entonces dicen “El gobernador Kicillof va a pelearse con Milei a la Corte Suprema de Justicia”. No, no, no. Vamos a defender al pueblo de la provincia de Buenos Aires. Son fondos para los jubilados, las jubiladas, para los y las docentes, para la obra pública, para el transporte. ¿Cómo no vamos a defender a la provincia de Buenos Aires, a cada uno de los municipios, a los que más necesitan, a los que menos tienen? ¿Cómo no vamos a reclamar lo que le corresponde a la provincia más grande del país? 

Esto es algo que nos llama hoy a reflexionar, porque estamos conviviendo con un Gobierno nacional que les sacó la plata del bolsillo a los y las docentes. El Fondo de Incentivo Docente era un renglón en el salario de los docentes, no un fondo para la Provincia. De la misma manera que el Fondo para la Seguridad, o para la obra pública, o para el Servicio Alimentario Escolar, para los pibes y las pibas que van a comer a las escuelas, había contribución del Gobierno nacional en todo el país. Lo cortó.

Nosotros qué hicimos. Milei cortó, aumentamos los fondos para el Servicio Alimentario Escolar. Lo saben en todas las escuelas de la Provincia. Sacó los medicamentos oncológicos, aumentamos los medicamentos para los que tienen cáncer. Sacó el Fondo del Transporte, aumentamos la plata para el Fondo de Transporte. No está poniendo vacunas para el dengue, compramos 500.000 vacunas para el dengue en la Provincia de Buenos Aires. Es un esfuerzo inmenso.

Pero, ¿cuál es esa idea? Y yo escuchaba con atención a Luciano, todo lo que necesita Tres Lomas, por supuesto. Por eso esas contradicciones, lo votaron a Milei yo creo que para que resuelva determinados problemas.

Hoy leí una encuesta, que ¿qué decía? Que el principal problema en nuestra provincia de Buenos Aires ya no es la inflación. Y voy a hacer un comentario sobre esto: la inflación siempre es mala, mejor que haya baja inflación, por supuesto, cuanto más alta peor. Ahora ¿cómo le pega la inflación a la gente? No la inflación en sí, sino cómo se mueven los precios y cómo se mueven los salarios. La inflación puede ser 10, puede ser 5, puede ser 2, pero si los salarios y las jubilaciones van por abajo, no importa el nivel, importa que te estás quedando sin poder adquisitivo. 20 puntos cayeron las jubilaciones y los salarios en la Argentina.

¿Así que hoy cuál es la principal complicación? Porque cae la jubilación con su poder de compra, cae el salario con su poder de compra y obvio que el que se perjudica es, en lo individual y en lo familiar, el jubilado, el laburante. Pero eso tiene un efecto en general, ¿cuál es ese efecto general? El efecto general es que hay menos demanda, menos compra.Es lo que está pasando en los comercios, que cae la venta en los comercios. Entonces tenemos problemas en los negocios. Pero si cae la venta en los comercios, tampoco hay producción, entonces empieza a caer la producción, [empiezan las] suspensiones, [los] despidos en toda la provincia de Buenos Aires. Así que encima que caen los salarios, empieza a caer la actividad, y cuando cae la actividad empieza esta situación donde hay finalmente desempleo.

Hoy veía una encuesta nacional donde el desempleo y la pobreza pasaron como dificultad a ser una preocupación y un problema, incluso en la cuestión de los precios. Entonces yo decía, ¿a qué costo? Al costo de que la gente no llegue a fin de mes, a costo de que no haya plata en el bolsillo, a costo de que empiecen a haber situaciones como las que describía recién.

La verdad es que esta política económica es muy desalmada. Nunca vi ese nivel de crueldad, que se junten a comer un asado porque le bajaron la plata a los jubilados y las jubiladas. Nunca visto. No es la primera vez que se hace, pero es la primera vez que se festeja.

Entonces tenemos una situación muy complicada. ¿Nosotros qué estamos haciendo? Y, [estamos] tratando de funcionar de escudo, con los intendentes, con la dirigencia que piensa que la política tiene que ser esto, que un pibe, una piba reciba la computadora del Conectar Igualdad. ¿Por qué el Conectar Igualdad es importante? Y, porque computadoras necesitan todos los pibes y las pibas, [porque] es mejor, es más fácil y van a tener más posibilidades, más oportunidades si tienen la computadora. Y acá viene la discusión de fondo, Luciano, que me parece que es la que tenemos que dar ahora, sobre esta idea de la libertad, ¿no? Porque dicen “Viva la libertad carajo” y yo reflexionaba sobre este tema de la libertad. Nadie prohíbe a los pibes y a las pibas de la provincia que se compren una computadora, no lo prohíbo yo, no lo prohíbe el intendente, no está prohibido.

No es una cuestión de libertad de mercado. Hay libertad de mercado. Todas las familias pueden ir y comprarse una computadora, una casa. No está prohibido comprarse una vivienda, ¿está prohibido? No. ¿Cuál es el problema que tenemos? No es un tema de libertad para acceder a la computadora, a la vivienda, a la educación, a la salud.. Es un problema de acceso, es un problema de desigualdad. Computadoras necesitan todos, pero pueden comprarlas muy poquitos. Vivienda necesitan todas las familias, pero pueden acceder muy poquitas. Entonces acá está la discusión que tenemos hoy, la discusión primaria. Porque la libertad que pregonan es la libertad de comprar y vender, y esa había antes, el problema es la dificultad de acceso. Los límites, los obstáculos, las dificultades que son y están vinculadas a esa inequidad tan grande que hay.

A los pibes y pibas de la provincia de Buenos Aires, obviamente, que tener una computadora les va a simplificar, no es que les va a cambiar del todo la vida, pero les va a simplificar, les va a ayudar. Hay pibes y pibas de nuestra provincia que a través de la computadora, como todo el mundo, tienen acceso a otras cosas. A veces, se puede laburar, pero también hacer música, conocer, estudiar. Obviamente que les cambia su presente y, probablemente, su futuro. Todos estamos de acuerdo —me parece— con que está bueno que los pibes y las pibas tengan una computadora. ¿Quién la puede tener? Muy poquitos, porque depende de algo que ellos no eligen, y no depende de su esfuerzo. Depende de la condición económica, o del lugar donde nacieron, o de los ingresos de su familia, y no de ellos.

Entonces, ¿cómo hacemos con esas diferencias que hay entre lo que necesita nuestra sociedad, nuestro pueblo, y a lo que realmente accede y puede? Y ahí es donde está la discusión hoy con Milei. ¿Qué dice Milei? “Libertad, que cada uno se arregle como pueda”. Y cuando cada uno se arregla como puede, libremente, muchísimos se quedan afuera. Y eso se va haciendo cada vez peor, porque de una familia donde tal vez no hay recursos para determinadas cosas después los hijos, las hijas van a tener más dificultades para acceder a la educación, para acceder a la salud, para acceder a la computadora, para acceder a la vivienda, para acceder a la universidad. Así que estamos de alguna manera congelando, condenando a un sector a que no pueda progresar. Y esa es la discusión de fondo.

Por eso yo digo que si todos los pibes y pibas de nuestras escuelas rurales, de nuestras escuelas especiales necesitan una computadora, pero muy pocos pueden comprarla, para eso hay algo que funciona y que tiene que ver con nuestros valores, con los que creemos que es muy injusto esto de que algunos puedan y otros no y se van quedando afuera. Para eso hay algo, que es lo que viene a traer la computadora hoy, que Milei odia, que quiere destruir, pero que acá está y da estos resultados, se llama Estado. Estado presente.

Un Estado que garantiza y amplía los derechos. Por supuesto que todo es más difícil ahora, pero acá estamos, a contramano de Milei, distribuyendo 18 viviendas con las familias que lucharon toda la vida, que esperaron toda la vida, que se esfuerzan, que se despiertan temprano, que ponen todo y que no llegan. Ahí está el Estado para garantizarles el acceso a la vivienda, está el Estado para garantizarles el acceso a la computadora. Y es una discusión, por supuesto que es una discusión, y acá los tenemos, tratando de destruir el Estado, fundiendo a las provincias, reduciendo los salarios.

Yo entiendo que en la campaña parecía atractivo, divertido, interesante, y ahora está gobernando, y dijo que iba a gobernar de una manera distinta. Acá está la segunda estafa que yo les quiero plantear a los que votaron a Milei. Lo quiero plantear con todo respeto, pero dijo: “Los mismos de siempre no van a hacer cosas distintas, entonces hay que votar algo nuevo”, y estaba Milei que venía del stand up o de ser panelista televisivo. Votaron algo nuevo con gente nueva y ahora vemos cómo está compuesto el Gobierno. Mayormente, en los ministerios más importantes —fuera de la pavada de las redes sociales— en el Ministerio de Economía, en el de Reforma del Estado, en el de Seguridad, hasta en el de Defensa, están los que salieron terceros en la elección.

Pero más allá de eso, no son unos distintos, novedosos y originales, son los mismos de siempre. A Caputo lo echó Macri por ser mal ministro de Economía y ahora lo tomó Milei. Antes era el Messi de las finanzas, ahora es un rockstar. ¿Pero qué es lo que vemos en realidad? Que está haciendo el mismo programa de siempre. Yo digo, es cuestión de preferencia, de ideología, sí también. Yo no estoy de acuerdo, pero también se puede evaluar por la realidad, por los resultados. Y los resultados son que quiere menos educación pública, menos salud pública, que no quiere hacer obra pública, y lo ha dicho. Yo lo escuché, cuando le preguntaban: “pero Milei, ¿quién va a hacer un puente, una ruta?”, diciendo “¿La ruta quién la va a hacer? Los vecinos, que se junten”.

Saben qué fácil es decir “no hay plata”, saben qué fácil es decirle a los vecinos y a las vecinas que necesitan una obra, “hagan una vaquita entre ustedes y hagan un puente, una ruta, una autopista, por qué no un aeropuerto, un puerto”. Una vaquita entre los vecinos, es un disparate.. Pero más allá de que es un disparate teórico, conceptual, más allá de que es una gran estafa y una gran mentira, no va a pasar y no pasa. No iniciaron una sola obra, decían que iban a hacer todo los privados, con esto de participación público-privado, el modelo chileno… Van nueve meses, no empezó una obra, paró todas. 16.000 viviendas pararon. Vos me decías, 16.000 viviendas paradas tiene el Gobierno nacional en la provincia, algunas por terminar.

Y no lo van a poder hacer con una vaquita los vecinos y las vecinas. No es así, no funciona así. Además, supóngase que en un barrio se necesita una obra, entonces se ponen de acuerdo los vecinos, y dos o tres no quieren pagar. ¿Quién va a ir a recaudar esa plata? ¿Cómo haces para que sea equitativa esa distribución, para recaudarla? Y después tienen que hacer una obra grande, ¿cómo se hace una obra grande? Hay que llamar a licitación, armar los pliegos, van a tener que contratar abogados.

Se ponen todos de acuerdo para hacer una obra, una obra grande, van a tener que hacer pliegos para llamar a una licitación porque, ¿a quién se la va a dar? A un amigo de uno. Después controlar. Y si no se hacen los pagos, van a tener que hacer acciones, si no se hace la obra. Es decir, van a tener que tener alguien que recaude, alguien que contrate, alguien que controle, alguien que siga, alguien que asesore jurídicamente. Eso, Milei no se da cuenta, pero eso ya se inventó: se llama Estado. El que hace la obra pública se llama Estado.

Por eso, en la provincia de Buenos Aires nosotros comprendemos, entendemos y tenemos en cuenta la legitimidad que tiene Milei porque se lo ha votado a nivel nacional. No estamos cuestionando eso, pero también queremos llamar la atención que acá, en la provincia de Buenos Aires, nosotros también nos presentamos a una elección diciendo algo distinto, casi opuesto. Nos presentamos diciendo que queríamos lo que dijo el intendente: queremos no menos obra pública, queremos más obra pública; no queremos menos salud pública, queremos más salud pública. Por eso todo el pueblo se pone contento cuando avanza el hospital. ¿Acá hay hospital privado? ¿Clínica privada?

Se dan cuenta. No conocen ni saben qué están gobernando. Dicen “Todo tiene que ser privado”. Y qué hacemos con la provincia de Buenos Aires donde en 80 localidades el único prestador es el Estado. ¿Qué hacemos? ¿Cómo vamos a funcionar? ¿Y por qué no está el privado? Yo no lo prohibí, no lo prohibió el intendente, acá se puede instalar la clínica De Los Arcos, la Suizo Argentina, pueden venir pero no van a venir, porque el privado va donde hay rentabilidad y donde hay negocio. No lo estoy criticando, eso funciona muy bien en determinados sectores y en determinados lugares, pero no funciona para todo. La salud, la educación, la infraestructura, la seguridad, el que la puede pagar se la paga, pero la gran mayoría no la puede pagar. Y eso para nosotros no es una discusión menor.

El otro día lo escuchaba de nuevo decir la misma barbaridad. Si ellos tuvieran sensibilidad y se dieran cuenta de que hay necesidades, ¿qué va a hacer? ¿darle la espalda? Nosotros somos lo contrario a eso, decimos que donde hay una necesidad nace un derecho y donde nace un derecho hay una obligación para quienes gobernamos. Por eso la salud, la educación, la infraestructura, la seguridad la presta el Estado reconociendo los derechos, con igualdad. Eso es lo que tenemos que hacer, está complicado.

En la Provincia de Buenos Aires vemos que hay un Gobierno nacional que quiere fundir a todas las provincias. El otro día pedía un ajuste absurdo: 60.000 millones de dólares a las provincias, pidió Milei. Si alguien lo escucho —parece que no muchos lo escucharon—, pero si alguien lo escuchó pedía 60.000 millones de dólares de ajuste, para las provincias. Es todo el presupuesto de las provincias. O sea, como quien dice que no exista más un gobierno provincial con respuesta para todo lo que hace. Y cuando quiere destruir al Estado, yo le advierto a Milei que en la provincia de Buenos Aires no solo piden más escuelas, ahora una combi o una obra, no sólo eso, sino que acá sabemos muy bien que el Estado está presente en cada una de las escuelas, en cada uno de los hospitales, en esos trabajadores y trabajadoras que quiere echar. Bueno, ¿quiénes son los trabajadores de los Estados provinciales? Las maestras y los maestros, los y las auxiliares, los y las policías, los enfermeros y las enfermeras, los médicos, las médicas.

Quédense tranquilos, nosotros vamos a defender a nuestras escuelas, a nuestros hospitales, a los maestros y a las maestras, a nuestros médicos y médicas. Va a ser difícil, va a ser complicado, pero contamos con un pueblo que va a defender sus derechos. Por eso, en la Provincia de Buenos Aires no entran los topos ni entra el ajuste; sin topos, sin ajuste.

Muchas gracias, Luciano. Decías que necesitábamos más viviendas, necesitamos, vamos a hacer todo lo que esté a nuestro alcance, aún cuando nos quieren fundir, cuando nos quieren quebrar, cuando nos quieren asfixiar. En la provincia de Buenos Aires sabemos muy bien que el Estado y los derechos hay que defenderlos.

Muchísimas gracias.