facebook
COLABORACIÓN Y ASISTENCIA RECÍPROCA

Palabras del Gobernador Kicillof en la firma de convenios entre las provincias de Buenos Aires y La Pampa

Viernes 28 de Junio 2024

Buenos días a todos y a todas. En primer lugar, quiero agradecerle a Sergio [Sergio Ziliotto, gobernador de La Pampa] por la invitación, por el recibimiento. Estamos muy contentos —tanto yo como los miembros del Gabinete que me acompañan— de poder estar acá, y muy agradecidos, también, por poder coordinar un trabajo que se viene desarrollando, con la firma de este convenio marco [Convenio de colaboración, cooperación y asistencia recíproca entre las dos provincias en materia de gobierno, seguridad, salud, educación, formación, ciencia y tecnología, gobierno digital, conectividad y modernización] y todos los convenios específicos.

He visto que todos especulan sobre este viaje. Quiero decir que hemos firmado una parte de los convenios que expresan y representan un trabajo que estamos llevando adelante en coordinación entre las dos provincias. Así que habrá más encuentros como este en La Pampa o en Buenos Aires, que tienen que ver con una agenda de trabajo que iniciamos antes y que va a continuar después.

Quiero referirme, primero, a los convenios en particular, o a algunos de ellos, a los que acabamos de firmar. Primero, el convenio marco que le da un paraguas a todas las acciones de cada una de las áreas y cada uno de los ministerios. Y después, los convenios que firmamos hoy, los que firmó el ministerio de Gobierno, el ministerio de Salud, el de Seguridad, la Asesoría y también los que firmó el ministerio de Trabajo, son resultado de una preparación y de una puesta en marcha que se viene elaborando hace mucho tiempo.

Estos convenios vienen a ponerle institucionalidad a un trabajo que ya estamos realizando. Una institucionalidad que era necesaria para la fase que sigue. Y quiero explicarlo bien: nosotros somos dos provincias vecinas, compartimos una extensa frontera común. Nos acompaña también el intendente de Salliqueló, porque hay varios municipios del oeste de la provincia de Buenos Aires que están en esa franja regional que son bonaerenses pero también pampeanos, y lo mismo pasa recíprocamente.

¿A qué lleva esta cercanía y esta distribución demográfica y geográfica? A que el contacto, más allá de lo que hagamos nosotros, no respete la frontera. Hay pampeanos que tienen parte de su vida, de su trabajo, de su actividad, o acaso que atienden su salud, o que llevan adelante procesos vinculados con servicios educativos, que lo hacen en la provincia de Buenos Aires, y lo mismo sucede con los y las bonaerenses. La cercanía de la capital de La Pampa hace que muchos bonaerenses recurran a veces al servicio de salud, a las prestaciones de salud de La Pampa. Esta interacción no la resuelven ni la deciden los gobernadores o los gobiernos; es lo que naturalmente ocurre en el territorio de nuestras provincias. 

Esto ocurría de manera espontánea, silvestre, era necesario, importante, consolidarlo a través de acuerdos mutuos que puedan dar más capacidad, más competencia, para que lo eleven y permitan desarrollarlo. En materia de salud, hablando con el ministro Kreplak, el trabajo en conjunto que se viene realizando con Salud de la provincia de La Pampa es fundamental. Quiero decir con toda claridad que, más allá de que la coordinación, la formación conjunta y la colaboración entre ambos ministerios es crucial, es importante reconocer que hay bonaerenses que a veces se atienden en el sistema de salud pampeano. Es importante que el Gobierno de la provincia de Buenos Aires reconozca y retribuya esto porque, de lo contrario, se genera más desintegración en el sistema de salud, y lo mismo ocurre a la inversa. Así que, esto es importante hacerlo, ocurre, por eso vamos a consolidarlo y darle un marco institucional.

En materia de seguridad, nos pasó algo similar cuando fuimos a Santa Fe. En el norte de la provincia de Buenos Aires. Tomo a San Nicolás como ejemplo porque es donde hicimos base. El delito y las cuestiones vinculadas a lo criminal no reconocen fronteras. Las cosas ocurren de un lado y del otro, y, a veces, los mecanismos que tiene el Estado son más torpes y desarticulados que los que manejan estas organizaciones criminales. Y el resultado final de esto es que el objetivo del gobierno de La Pampa y el de la provincia de Buenos Aires se ven sedimentados, deteriorados por cuestiones que a veces son simple y meramente institucionales.

Los convenios que estamos firmando van a permitir usar recursos bonaerenses y pampeanos en los territorios recíprocos y, de esa manera, se podrán lograr mejores resultados y mayor eficacia en la lucha contra el delito en todas sus formas. Por supuesto que la provincia de Buenos Aires, como lo hizo La Pampa también, ha adquirido drones para delitos en zonas rurales y diferentes instrumentos tecnológicos, que con este convenio se ponen a disposición para funcionar donde los necesite el gobierno y el pueblo de La Pampa.

En materia de Derecho, en la Asesoría tenemos una de las escuelas de Derecho más importantes de la Argentina por la dimensión que tiene nuestra Provincia. Es todo virtual y se puede utilizar. Esto no es solamente un encuentro entre los gobiernos. Esto tiene que ver con el bienestar de nuestros pueblos. Entonces, los servicios que podamos brindar, tanto tecnológicos como de formación, desde el gobierno de la Provincia, así como las inversiones que ya hemos realizado, las compartimos y ofrecemos integrarlas con las experiencias que lleva adelante La Pampa.

En el área de Trabajo, quiero mencionarlo en particular, le hemos declarado, si me permiten decirlo en sentido figurado, la guerra al trabajo infantil. Es un verdadero flagelo asociado a muchas actividades, pero particularmente a aquellas que se desarrollan en zonas rurales y que vinculan a nuestra Provincia con la provincia de La Pampa.

Tenemos una inversión significativa y una gran capacidad de inspección, ya que la Provincia, por su envergadura, representa el 38 por ciento de la población de la Argentina. El desarrollo de nuestro Gobierno y la experiencia que hemos acumulado deben estar a disposición, en un intercambio recíproco, con las valiosas experiencias que tiene La Pampa en diversas áreas dentro del ámbito laboral. Particularmente, el trabajo que realizamos para combatir prácticas realmente espantosas puede ofrecer a La Pampa, y a nosotros, una potenciación que necesitamos.

También tenemos el programa Puentes, que se lleva adelante en varios municipios de la provincia de Buenos Aires. Es algo innovador de nuestra primera gestión de gobierno y que hoy continúa. En la provincia de Buenos Aires tenemos 25 universidades, muchas de ellas nacionales, que se desarrollan y tienen asiento en nuestra Provincia.

La desigualdad en las sociedades es económica, pero también tiene ribetes territoriales y geográficos. La concentración no se produce sólo en empresas, en los recursos, sino que además se produce demográficamente, poblacionalmente. Luego, se empiezan a concentrar y distribuir mal e inequitativamente todo tipo de recursos. Esto, desde nuestro punto de vista, los hace de difícil acceso. Y, finalmente, se producen los incumplimientos y la falta de realización de determinados derechos.

Lo digo para que lo escuche bien el Gobierno nacional. Nosotros miramos a nuestra acción de gobierno, a nuestra acción política, como una acción que viene a reconocer derechos y a ampliarlos. Entonces, esto de reconocer y ampliar derechos está en las antípodas del sálvese quien pueda que se pregona a través de esta idea de que el mercado va a resolverlo todo.

La verdad es que está el mercado, por supuesto, pero están los ciudadanos y las ciudadanas de la Argentina y de nuestras provincias que tienen derechos que hay que reconocer, más allá de si lo pueden comprar o vender en el mercado. Por eso, nosotros venimos a apoyar desde La Pampa con estos acuerdos a un Estado presente en todo el territorio bonaerense y pampeano, en todo el territorio argentino.

El programa Puentes nos permite llevar centros universitarios a municipios de la provincia de Buenos Aires que no tienen universidad. La universidad pública y gratuita que ha sido defendida en las calles frente a los ataques de enfoque neoliberal y de derecha. Una universidad pública que, aún conservando los establecimientos y sus capacidades, tenemos que reconocer que no llega a todos y a todas de igual manera.

Esta idea de armar, de construir, de hacer inversiones para que haya centros de formación universitaria a lo largo y ancho de la provincia de Buenos Aires, que dicten determinadas carreras, acerca a buena parte de nuestra población a las universidades.

Venimos de esa experiencia, cuando nos tocó ser diputados preguntaban para qué tantas universidades públicas y decían que los hijos de los trabajadores no llegan a la universidad. Dos cuestiones absolutamente equivocadas. Lo que sí es cierto es que para las primeras generaciones que comienzan en la universidad —incluidos los hijos de trabajadores y trabajadoras, y de sectores con dificultades para acceder— la ubicación geográfica en la que viven también representa un desafío adicional, haciendo que el acceso sea más difícil y costoso.

Así que, desde hoy, a través de este convenio, construir centros universitarios a lo largo y ancho de la Provincia va a permitir que pampeanos y pampeanas puedan también formar parte de esta experiencia de acercar la universidad a aquel que la tiene lejos. Y, de esa manera, finalmente buscar lo que realiza la famosa libertad. Lo decimos siempre: no hay libertad real, genuina y efectiva sin que haya igualdad de oportunidades y sin que haya justicia social. Así que para que haya libertad tiene que haber antes igualdad de oportunidades para poder ejercerla.

Esto es lo que venimos haciendo desde la acción de gobierno. Por supuesto que, entre otras cuestiones que tienen que ver con la educación y varios convenios que tenemos esperando para firmar, son áreas de cooperación, de colaboración, de acuerdo, donde los dos gobiernos se van a potenciar.

Estamos en una etapa muy compleja, muy complicada en general, viendo cuáles son los efectos de esta política económica. Nos habían dicho a todos los argentinos y las argentinas que esta era una novedad, que venía de escuelas que muchos no sabían ni que existían de pensamiento, que era una especie de panacea, de poción mágica que iba a solucionar los problemas que había.

Y, la verdad, es que lo que observamos es que el producto bruto interno tuvo una de las caídas más grandes de los últimos tiempos: 5,5 por ciento trimestre contra trimestre. Son las estadísticas oficiales que se van conociendo. Trepó el desempleo en la provincia de Buenos Aires, en algunas regiones, en el Conurbano trepó en modo proporcional más porque es una región productiva, particularmente industrial. Este es un modelo que está en contra de la producción nacional en general, pero especialmente contra la industria.

Mientras Milei recorre el mundo buscando un premio Nobel, ya puede comentar que con sus políticas le hizo perder el trabajo en poco tiempo a 155.000 personas sólo en la provincia de Buenos Aires, y con estadísticas que no reflejan todavía buena parte de los efectos porque son viejas y esto se ha ido agravando.

Así que la novedad es que es más rápido, más profundo, y además con mucha crueldad y sin ningún tipo de red ni registro de lo que va ocurriendo. La situación social —hablaba del coeficiente de Gini, pero podemos hablar de cualquier indicador de condiciones sociales— va agravándose cuando uno mira las series. Los invito a mirar las series. Nosotros desde una formación económica lo hacemos habitualmente, pero cualquiera puede ver que en las series vinculadas a salarios, a empleo, a producción y a desigualdad, lo que se observa es un salto inmenso de deterioro. Es calamitoso lo que está ocurriendo hoy con la economía argentina y en cada una de nuestras provincias.

Ya no es una novedad. Van siete meses y estamos viendo lo que pasa: quién lo lleva adelante, a quién perjudica y a quién beneficia. Pero hay un elemento más, que me parece que estos convenios necesarios, importantes en cualquier época histórica, de alguna manera resaltan, contrastan y lucen más. Porque lo que estamos observando es un desprecio por el federalismo argentino, a veces dicho con frases como “a voy a fundir a las provincias”, agravada por “voy a destruir el Estado desde adentro”. Frases que tal vez dichas en televisión, repetidas en las redes sociales, parecen cuestiones anecdóticas, o tal vez marketineras, o para enojar e irritar. Pero lo triste es que está ocurriendo, el Estado nacional está mayormente ausente.

Nosotros no lo llamamos no ausente, sino un Estado desertor. Desertaron de obligaciones que tienen, más allá del posicionamiento ideológico del presidente que hoy ocupa ese lugar, que es Milei. Más allá de su inclinación ideológica, de su escuela de pensamiento, de su anarcocapitalismo, más allá de la Escuela Austríaca, más allá de todo, es un Estado nacional que está desertando. Y lo llamamos desertar porque son obligaciones que tiene, no son optativas, no es que el Estado nacional no se ocupa de la salud, de la educación, de la infraestructura o es algo que puede elegir si hace o no el presidente según si le gusta o no lo que dice su ideología. No es así.

La verdad es que la conformación del Estado nacional argentino, la unidad nacional, tuvo que ver con dividir tareas entre el Estado nacional y los Estados provinciales, y muchas de esas tareas ponerlas como concurrentes, que son responsabilidades conjuntas del Estado nacional y los Estados provinciales. Es decir, para las provincias que no haya Estado nacional en muchas áreas, que tienen que ver con cuestiones claves en el bienestar de nuestras poblaciones, es algo de extrema gravedad. Sobran los ejemplos: cuando no proporcionan determinados medicamentos, cuando interrumpen toda la obra pública, cuando en materia de educación se suspenden programas, cuando ya no se dedica a lo que se ha dedicado históricamente, aún otros gobiernos de derecha. Hoy han abandonado todo esto.

Así que la coordinación bilateral entre las provincias o la coordinación conjunta de grupos de provincias, regiones —lo hemos visto en la Patagonia con el trabajo que están haciendo— se vuelve imprescindible porque nadie se salva solo. Nuestra provincia representa el 40 por ciento de la población nacional, aproximadamente. Todos dicen que es casi un país. Pero no es así, la provincia de Buenos Aires es parte del interior argentino. Y por más volumen, proporción y envergadura que tengamos —por ejemplo, tenemos el 50 por ciento de la industria— no se salva ni quiere salvarse sola.

Conformamos un país que tiene un régimen que es federal. Y esto tampoco es optativo, está en la Constitución, en el artículo 1. Así que el presidente puede estar en contra del federalismo o pensar que desde el Gobierno nacional no tiene territorio ni población y por eso se ocupa de otras cosas. Pero no es verdad. Y nosotros juramos sobre la Constitución Nacional, fuimos elegidos con la misma representatividad, cada uno en su tarea, y con su mandato. Cuando fuimos elegidos juramos sobre la Constitución Nacional, que contiene todos estos elementos. El federalismo es parte de eso.

Más allá de la aprobación aberrante de la ley Bases, que no trae nada bueno para la provincia de Buenos Aires, ni para las provincias argentinas. Es una ley que va a permitir inversiones extranjeras con beneficios absolutamente desmedidos y que pone en cuestión para qué nos sirve cada una de esas inversiones, aún cuando se desplieguen en nuestros territorios. Si van a venir, tomar recursos y llevárselos, la verdad que la pregunta es para qué, cuál es el beneficio, con recursos que son de todos los argentinos y las argentinas y, además, originariamente de las provincias.

Ante esta situación, lo que nos queda es seguir trabajando en conjunto. Obviamente, no nos vamos a resignar, no vamos a cambiar nuestras convicciones. Es más, las vamos a profundizar con un trabajo en conjunto entre las provincias, porque nuestra obligación es cumplir la Constitución provincial y la Constitución nacional.

El federalismo no es algo optativo y, además, esa Constitución sobre la que juramos dice en su fórmula de juramento que hay que cumplir la Constitución Nacional y también hacerla cumplir. Así que le digo al Gobierno nacional, al presidente, que la Constitución Nacional y el federalismo argentino no son optativas, las tiene que cumplir. Y si no lo quiere cumplir, se lo vamos a hacer cumplir. Así que muchísimas gracias a todos y a todas, y a seguir trabajando.