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DOS MUESTRAS MARPLATENSES LLEGAN AL MAR EN ENERO

Domingo 20 de Diciembre 2020

A partir del 9 de enero el Museo de Arte Contemporáneo de la Provincia de Buenos Aires reabre sus puertas con la inauguración de dos exposiciones de artistas marplatenses. El organismo dependiente del Ministerio de Producción, Ciencia e Innovación Tecnológica ofrecerá a lxs visitantes el acceso mediante un protocolo sanitario en condiciones de Distanciamiento Social, Preventivo y Obligatorio para lo cual deberán solicitar un turno e información de visita a través de la web: www.gba.gob.ar/museomar

En las salas 2 y 3 se encuentra montada la muestra “El orden y el accidente”: 11 artistas de Mar del Plata integrada por Facundo Pereyra, Camila Sánchez, Daniel Joglar, Inés Drangosh, Laura Spivak, Margarita Wilson-Rae, Daniel Basso, Valeria Gopar, Matías Duville, Nicolás Robbio y Florencia Reisz. "El orden y el accidente" resulta un recorte en la importante cantidad de artistas visuales que se encuentran trabajando o se formaron en Mar del Plata.

Cabe destacar que es la primera exposición de artistas de la ciudad en el MAR. No es sólo un acto de reivindicación, va mucho más allá y en un giro de 180 grados, el museo empieza a mirar al territorio, a su comunidad, a la región y al país.

El cierre de la institución por la Pandemia, a días de la inauguración en marzo pasado, marcó que nada iba a ser igual; pero luego de 8 meses, y con un trabajo apuntado a la virtualidad, se inició el camino hacia la apertura de la muestra en un escenario totalmente diferente acotado a una presencialidad en condiciones de DISPO. Ahora se podrá disfrutar y conocer “El orden y el accidente” con una mirada más íntima y donde las obras podrán ser contempladas en una relación más reflexiva de espacio – tiempo.

Acerca de “El orden y el accidente”
La muestra se inicia en el exterior del edificio, con una versión del "Espació Silencio", dispositivo poético sonoro 2 creado por Camila Sánchez y Facundo Pereyra. El mismo está emplazado en una columna que se encuentra en la explanada del frente del Museo y a través de una entrada de auricular, va a estar reproduciéndose durante las 24 hs. la obra sonora de Mariana Pellejero. Una vez en  el interior, la muestra comienza en la Sala 2, con la reproducción fotográfica del "Espacio Silencio" en versión muda, casi a escala 1/1, con la presencia de una gigantografía de Ea Filippi. Es impactante que un espacio independiente esté presente como obra en una muestra, en éste caso en dos versiones externa e interna en el edificio.

El recorrido se plantea en sentido contrario a las agujas del reloj; es así que nos encontramos con la obra de Facundo Pereyra, quien presenta una serie de pinturas de "origen no autoral", montadas sobre una pared de más de 5 metros de altura; trabajos que surgen de la permanente atención que le presta a los elementos gráficos que brinda la ciudad. Son obras sobre las que se acumulan capas y capas de información, proporcionándoles ese aire especial que obsesivamente busca. Daniel Joglar está presente con 2 obras: una inspirada en el Tarot, realizada con hilos de colores tensados a través de imanes y red; y una obra muy esperada en la ciudad, que ahora encuentra su lugar en esta muestra, realizada para la 29º Bienal de Pontevedra, España: 1500 rosarios luminosos en un cuarto oscuro en el que se ingresa de a una persona por vez. Inés Drangosh recurre al bordado, sobre cortinas usadas, de palabras y frases de su propia historia. Con antecedentes en Leonilson, (3), y Centurión (4), es una técnica que la artista incorpora a sus múltiples recursos manifestando así su impronta. Acompaña la presentación con una vitrina con pequeños objetos relacionados al dibujo y su colección de nidos de aves.

Laura Spivak es la única que presenta obras de pintura sobre tela: son 6 bastidores de tamaño medianos. Margarita Wilson Rae está presente con "Tu recuerdo, tu reliquia #2", una instalación con una mesa de más de 4 metros de largo que la artista utiliza como soporte de innumerables objetos orgánicos, metálicos, de madera, de cuero, sogas y nudos de reminiscencia náuticas, más telas y pliegues digno de recorrerse. Daniel Basso interviene con una serie de esculturas de producción reciente, 2019-2020, "en un entorno entre la gráfica y la arquitectura" y "con la idea de abarcar la totalidad del espacio de exhibición disponible" para la muestra. Valeria Gopar nos trae "La síntesis del día (diario íntimo visual) de octubre a marzo de 2020", son 192 obras de hojas caligráficas y placas de mdf sobre bastidores rígidos, resultado de sus anotaciones en sus caminatas diarias dónde el múltiplo formado de pequeños formatos contrasta con otra única pieza de la misma características pero de mayor tamaño.

Ya en la Sala 3 se puede ver a simple vista, sin interrupciones, la disposición de las distintas obras: Florencia Reisz, artista proveniente del grabado, está presente con una instalación de sitio específico. A continuación Matías Duville despliega distintas obras dónde el dibujo, como es su característica, está presente: carbonilla, collage y las sedas de su primer época; el grupo se complementa con dos obras de piso bien disímiles: "Capacete con Sal" y "Time Drill"  (taladro del tiempo), un tronco petrificado fijado con acero forjado. Cierra la sala Nicolás Robbio, con "Estudio de tensión", obra de más de 13 metros de ancho, en el que una soga náutica marca dos direcciones sostenidas en la mitad por una rama. Se le suma "Tonelada", obra realizada con arena y una lámpara que ilumina su cumbre; por último veremos también tres vitrinas en la que el agua, el óxido y la tierra son protagonistas en un delicado y sugerente balance.

“El lugar de la palabra”, de Rosana Cassataro
La exposición está dispuesta en el hall central y la artista propone un recorrido por historias contadas, pintando sobre textos, creando nuevas lecturas, formas y atmósferas.
Tomar la Historia, las historias. Tomar el color, la luz, las atmósferas. Los tiempos, mezclarlos en la paleta cuál colores. Pintar capa sobre capa las historias, La Historia. Construir una imagen como organizar una marcha, cocinar para la cena, preparar una clase o pensar un futuro mejor. En la palabra apurada de una pared que se ordena a blanquear. Tomar los muros como textos. Tomar los textos como muros y derribarlos, palabra por palabra. Entender el terror que habita nuestros cuerpos. Entender las palabras “No podemos hacer nada”. Cassataro define su arte: “Pinto para entender. Para que nos comprendamos. Y para que dejemos de matarnos justificándolo con palabras. Las palabras no tienen nada que ver”.