Los dijo el testigo Hugo Amendolara en la audiencia 31 llevada a cabo este martes 20 de mayo. También prestaron testimonio de modo virtual Irma Elena Raissi, y presencial, Mario Raio.
Derechos Humanos de la Provincia es querellante y acompaña a las y los testigos a través del Equipo de Acompañamiento en este juicio de lesa humanidad llevado a cabo por el Tribunal Oral Federal N°2 de Rosario, encabezado por Elena Beatriz Dilario, Román Pablo Lanzón y Eduardo Rodríguez da Crus.
Los delitos que se juzgan de lesa humanidad son los cometidos durante la última dictadura cívico militar en la jurisdicción del Área Militar 132, que abarcaba gran parte del noroeste de la provincia de Buenos Aires integrado por los partidos de San Nicolás, Ramallo, San Pedro, Baradero y Pergamino; y tiene 12 imputados en delitos de lesa humanidad cometidos contra 74 víctimas.
Las personas imputadas son los ex integrantes del Batallón de Ingenieros de Combate 101 de San Nicolás, Antonio Federico Bossie (excapitán, prestó funciones de oficial de Operaciones y oficial de Inteligencia), Guillermo Aníbal Piccione (excapitán, cumplió las funciones de oficial de Logística y de Personal) y Bernardo Luis Landa (exteniente primero, se desempeñó como oficial de Logística); el exintegrante del Destacamento de Inteligencia 101 de San Nicolás Omar Andrada (exteniente coronel, fue jefe del organismo); los excabos de la delegación San Nicolás de la Policía Federal Hubo Bellet, Adrián Domingo Meisner y Gregorio Florentino Mancilla; y los exoficiales de la delegación San Nicolás de la Dirección General de Inteligencia de la Policía bonaerense Enabel Otilio Cappa, Miguel Ángel Amarillo, Oscar Alberto Parodi, Raúl Calabresi. Carlos Alberto Tuero y Carlos Manuel Diglieri.
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El primer testimonio fue del testigo Hugo Amendolara, quien tenía 15 años cuando secuestraron a su padre, Nicolás Felipe Amendolara, en un allanamiento en Baradero realizado por las fuerzas represoras de la última dictadura cívica militar.
Su padre trabajaba en Refinería de Maíz y militaba en el peronismo cuando una patota lo secuestró en una madrugada de 1975. “No pude ver si estaban de civil o uniformados porque no pude salir de la habitación”, recordó Hugo.
“Golpearon, abrieron y entraron pero no dijeron nada de por qué se lo llevaban. En el fondo había una habitación con cosas de mi padre y es donde se lo llevaron y revolvieron todo, pero no sé si se llevaron algún panfleto o algo”.
Luego contó que estuvo detenido unos dos o tres meses en la comisaría de Baradero, luego en San Pedro y finalmente en San Nicolás, “creo que en Penal”, dijo, y recordó la detención de algunos de los compañeros de su padre, como el médico cirujano Nogueras, Cossi, y la pareja de Mario Raio, porque “los trascendidos es que se la llevaron a ella porque no lo encontraron a él”.
“Quiero agregar que mi padre lo secuestraron sólo por ser militante peronista. Sólo por eso”, concluyó.
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En segundo lugar prestó testimonio, de modo virtual, la pareja de Nicolás Felipe Amendolara y madre de Hugo, Irma Elena Raissi, quien tiene hoy 87 años y relató el secuestro durante esa madrugada cuando estaban con su marido e hijos, Hugo y Patricia de 4 años. “Entraron violentamente, una persona joven a la habitación y otros tres que casi no los vi porque se lo llevaron a mi esposo. Yo les pedí que no entraran al dormitorio de los chicos, pero ellos escucharon todo y luego me costó mucho que se le pase el miedo que le generó la situación. Estaban uniformados pero no sé de qué fuerza eran. Parecían soldados, pero no sé. Y el que entró al dormitorio creo que tenía más miedo que yo, por el trato que recibí. Y no pude saber qué era lo que pasaba afuera”, expresó Irma, y agregó que quienes ingresaron a su casa eran de la policía de Baradero.
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Por último, prestó testimonio de modo presencial el testigo Mario Raio, y narró el momento en que fue detenida su madre cuando fueron a secuestrar a su padre y vivían en Baradero. Su padre también trabajaba en Refinerías de Maíz, “militaba en el peronismo y en algunos gremios”, dijo.
Luego contó que cuando se la llevaron no pudo ver si los secuestradores estaban de civil o uniformados. “No he hablado mucho con mi vieja de esto porque se pone mal y no quiere hablar. Porque la pasó muy mal”.
Finalmente, dijo que cuando detuvieron a su madre, su padre fue a la comisaría y le dijeron que no había pedido de detención, así que comenzó a ir todos los días a visitarla. Sin embargo, “vinieron a los tres o cuatro días y se lo llevaron detenido…lo que se rumoreaba siempre en la zona es que iban a civil”, dijo sobre las patotas que hacían los allanamientos. Y agregó que se sabía que las detenciones no eran locales, sino que “venían del Poder Ejecutivo”.
“Recuerdo que en esa época había discriminación con quienes habían estado detenidos. Y hablamos muy poco con mi familia sobre lo sucedido”, concluyó.
La próxima audiencia quedó fijada para el viernes 30 de mayo a las 9 hs.