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SUBZONA 15 III

Nueva audiencia del juicio de lesa humanidad

Derechos Humanos de la Provincia es querellante y acompaña a los testigos a través del Equipo de Acompañamiento en el juicio que este viernes 16 de mayo el TOF de la ciudad llevó a cabo la audiencia 20.

Lunes 19 de Mayo 2025
Nueva audiencia del juicio de lesa humanidad
Día 20 del juicio Subzona 15 III

El Tribunal Oral Federal está integrado por los jueces Nicolás Toselli, Fernando Minguillón y Martín Poderti y los delitos que se juzgan son homicidios, agresiones contra la libertad e integridad sexual, privación ilegal de libertad, tormentos y allanamientos ilegales, y tiene como acusados a 20 integrantes de las fuerzas represivas: Vírtom Modesto Mendíaz, Alfredo Manuel Arrillaga, Eduardo Jorge Blanco, Jorge Luis Toccalino, Carlos Alberto Suárez, Rubén E. Miguel Fernández, Carlos Víctor Milanese, Raúl Alberto Marino, Roberto Mario Blanco Azcarate, Raúl César Pagano, Alfredo Raúl Weinstabl, Luis Héctor Bonanni, Daniel Eduardo Robelo, Julio César Fulgencio Falcke, Carlos María Robbio, Héctor Raúl Azcurra, Ernesto Davis, Carlos Arturo Mansilla, Néstor Ramón Eduardo Vignolles y Osvaldo Gaspar Siepe.

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Recordamos que la audiencia pasada, presenciamos los testimonios de Eduardo Britos, de Miguel Ángel Martínez y Hugo Walter Bauer que prestaron testimonio sobre dos casos; Britos fue sobreviviente del secuestro en abril de 1976 durante la última dictadura cívico militar; y  Martínez y Bauer como testigos del secuestro y desaparición de Rubén Santiago Bauer Chimeno.

Rubén Bauer tenía 23 años, trabajada en el  Frigorífico Swift de Berisso donde fue secuestrado el 18 de junio de 1977, y militaba Juventud Trabajadora Peronista (JTP) y en Montoneros.

Según testimonios de ex detenidos, Rubén pasó por el CCDTyE La Cacha y ese mismo día fue secuestrada en Constitución su esposa, Susana Beatriz Pegoraro, que estaba embarazada de cinco meses, nació en la maternidad de la ESMA y recuperó su identidad en el 2008 ya que había sido anotada con el nombre de  Evelyn Vázquez como hija biológica de sus apropiadores, el Suboficial de la Armada Policarpio Vázquez y su esposa Ana María Ferra. En 2011 fueron condenados al igual que la partera que falsificó la partida de nacimiento.

Desde ese momento, Evelyn mantuvo encuentros con su abuela Angélica, la mamá de Rubén.

Rubén y Susana continúan desaparecidos.

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En esta audiencia 20 prestaron testimonio de modo presencial los sobrevivientes Mario Daniel Vidal y Mario Antonio Martín.

Mario Vidal fue “secuestrado tres veces y torturado dos veces”, y en el año 76 trabajaba como maquinista vial, manejaba las máquinas de hormigón que pertenecen a la empresa Eduardo Sánchez Granel y militaba en el PCR.

“El 25 de agosto del 76, saliendo más o menos a las 6:30 de la tarde, ya estaba oscureciendo porque era el invierno, y recuerdo que fue el 25 de agosto porque yo los cumplo el 18 de agosto, así que fue 7 u 8 días antes de mi cumpleaños número 23. Entonces estaba parado con un bolso. Y Juan Bautista Mesina, que falleció y era el jefe de la obra, se enojaba porque nadie se quería quedarse de sereno, porque le daban 2 con 50 entonces y nadie quería hacer ese trabajo. Yo lo hice en dos ocasiones, me quedaba arriba del camión haciendo andar y después dormía un rato, y al otro día seguía con la tarea. Pero ese día salgo con el bolso, estaba en la garita, estaba oscuro y para violentamente un auto verde, podría decir que era un Falcon, y atrás creo que puede haber sido una estanciera azul o un jeip azul, pero bajan rápidamente me ponen una luz en los ojos y uno de ellos dice ¨Chupen rápidamente a este zurdo hijo de puta¨, y dos hombres me suben atrás del Falcon con violencia, y adelante iban otros dos. El que manejaba no decía nada, el que el que hablaba era el que estaba de acompañante”, empezó relatando Mario.

Luego recordó que le pregustaron si conocía a César Raül Maglione y contó cómo lo encapucharon y ataron con alambres las manos, lo golpearon el cabeza y empezaron a torturarlo, “por caminos muy desparejos”, hasta que en un momento sintió que los autos se detuvieron y lo secuestran en un sitio que parecía un galpón, donde le sacaron la ropa y lo acostaron en una cama con elásticos de metal.

“Ahora déjamelo a este zurdo que va a conocer qué es la a pasar la máquina. Y me tiran una especie de un trapo, como un toallón o una cosa así, y me empiezan a pasar corriente”. Dijo conmovido Mario. Y tortura de por medio le preguntaron por diversas personas, de las cuales algunos conocía y otras solo conocía los nombres, desde compañeros de trabajo hasta militantes del sindicalismo o profesionales como abogados conocidos en la ciudad de Mar del Plata.  

Finalmente, en base lo que vivido por Vidal no pudo establecer o reconocer el lugar donde las fuerzas militares lo tuvieron cautivo y lo torturaron.

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El segundo testimonio fue de Mario Martín, hermano de Melita Ruth Martín Carrasco, secuestrada a principios de marzo de 1977 cuando tenía 29 años. Estudió en la Facultad de Bellas Artes de la UNLP y militaba en el Partido Socialista de los Trabajadores.

“En el año 76, mi hermana mayor que yo, se encontraba militando en uno de los partidos políticos que existían hasta ese momento, estaba muy involucrada y el lugar donde vivíamos estaba muy marcado, porque muchos de sus compañeros frecuentaban el lugar donde vivíamos con mi hermana, en la dirección la calle Acha 163, en un departamento. A raíz del golpe gente del partido nos comunicó que iba a ser muy peligroso lo que lo que se venía, ya se vislumbraba que iba a ser un periodo de mucha represión y persecución, de forma tal que pensaban que lo mejor era ausentarse del lugar, porque no era un lugar y seguro”, relató Mario.

Y luego expresó que durante ese tiempo é yo no estaba tan involucrado en la militancia del partido y tampoco tenía muy infomación. Y aun sabiendo que iba a ser peligroso, como no tenía recursos para mudarse, decidió quedarse.

“Pasaron varios meses, yo no tuve algunas noticias de ella hasta que a finales del año 76 me llegó una nota anónima, a través de un tercero, para que pudiera encontrarme con mi hermana en Buenos Aires, en un lugar ya determinado, que me acuerdo que era un café o un restaurant cerca de de la Estación Constitución. Ahí nos encontramos, conversamos y le pregunté cómo estaba, me dijo que estaba todo bien, seguro, y me notificó que estaban todavía militando en la clandestinidad, algo que para mí me pareció una verdadera locura. Entonces le aconsejé que lo mejor era que se fuera del país directamente, y ella me dijo que no, que no era necesario y justamente había empezado una relación con un muchacho. Quedamos en mantener una comunicación a través de terceros o por cartas anónimas, como ella me había mandado, y fue cuando nos separamos la última vez que la vi. Al año siguiente iba a ser una de las desaparecidas”, expresó.

Ya en verano de 1977 habían ido a su casa varias personas de civil a preguntarle dónde estaba su hermana, “no fueron de manera violenta”, a lo que siempre les dijo que no vivía mas ahí. Hasta que en marzo de 1977, Mario compartía departamento con dos amigos, y golpearon la puerta y entraron violentamente, armados con ametralladora, lo llevaron al living y comenzaron a preguntarle por la hermana y a nombrarle otras personas para ver si las conocía.

Luego de ese se lo llevaron secuestrado, encapuchado y agachado en un auto, y comenzó a hacer un recorrido de al menos 20 minutos.

“Salimos a la intemperie y yo sentía olor a como a un lugar que claramente era un lugar que estaba en construcción. Recuerdo que en un momento dado, alguien que me guiaba, me hizo caminar por unos tablones, como una especie de pasarela que había en el lugar hasta que llegamos a un ámbito donde era un salón, que no sé qué tamaño tendría pero por percepción me di cuenta que era lo suficientemente amplio como para tener varias personas allí adentro. Me hicieron sentar en el piso y yo sentí que había muchas otras personas en el lugar”, recordó sobre el sitio donde lo tuvieron cautivo.

Y finalmente, relató conmovido, el momento que lo llevaron a una pieza donde había una cama metálica, la tortura padecida. “Y ahí empezaron con las descargas eléctricas, me hacían una pregunta y hacían descargas, preguntas y descargas. Esto continuo hasta que no se cuanto tiempo porque es una situación que uno pierde la noción. Hasta que recuerdo que en momento ya no sentía el dolor y no recuerdo más. Hasta que alguien me dijo que me ponga la ropa”, dijo. Luego de eso fue liberado y actualmente pudo reconocer el lugar donde estuvo secuestrado, como la Base Naval de Mar del Plata.  

La próxima audiencia quedó programada para el viernes 23 de mayo a las 11 hs.