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CAMPO DE MAYO

“Es una falta muy grande…yo a mis hijos no les puedo demostrar que los amo, es algo muy feo”

Lo dijo Roberto Flores, hijo de Antonio Roberto Flores y de Nancy Cerrudo, secuestrados desaparecidos durante la última dictadura cívico militar.

Jueves 8 de Mayo 2025
“Es una falta muy grande…yo a mis hijos no les puedo demostrar que los amo, es algo muy feo”
Audiencia 13 del juicio de lesa humanidad

Derechos Humanos de la Provincia es querellante y acompaña a los testigos a través del Equipo de Acompañamiento en este juicio que comenzó en octubre del 2024 con el tramo 17° de la Megacausa e investiga los crímenes cometidos en Campo de Mayo - Área 400, y los cargos que se le imputan a los dos militares retirados Pacífico Luis Britos, Horacio Rafael Sánchez y al ex comisario Carlos Daniel Caimi, son por secuestros, torturas, homicidios y abuso sexual perpetrados sobre 15 personas dentro del territorio que funcionó como la Zona 4 de Defensa, que tuvo como cabeza táctica y estratégica a la guarnición militar de Campo de Mayo.

Los juicios que se juzgan delitos de lesa humanidad fueron perpetrados durante la última dictadura cívico militar y los imputados son tres represores y lo lleva  cabo el Tribunal Oral Federal N°1 de San Martín, a cargo del juez Daniel Omar Gutiérrez y de las juezas María Claudia Morgese y Silvina Mayorga.

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En esta audiencia 13 del martes 6 de mayo se escucharon tres nuevos testimonios, el primero, fue de Raúl Emilio Acevedo en relación con el caso de Gerardo Morales, ex conscripto secuestrado que se fugó de Campo de Mayo; y dos testimonios restantes, vinculados a los secuestros de Nancy Gladys Cerrudo y Antonio Roberto Flores, integrantes del PRT-ERP de Campana.

El testigo exconscripto Raúl Acevedo empezó relatando que hizo el servicio militar obligatorio en 1976 en la Escuela Lemos que está en Campo de Mayo, al lado de San Miguel y que trabajaba la mayor parte del tiempo en el Casino de Suboficiales, que pocas veces dormía ahí y que trabajaba de mañana hasta las 2 o 3 de la tarde como mozo, serviendo comida con otras 5 personas.  

Consultado por la instrucción que tuvo como soldado, dijo: “Era todo contra la subversión. Cómo cuidarse. Yo hice pocas salidas para pedir documentos, hacían controles de ruta, la gente se asustaba mucho. Lo que más hice fue guardia en la escuela y trabajaba de mozo. El superior de la compañía era el teniente primero Sánchez. Los instructores eran los mismos suboficiales; sargento Quiroga, cabo primero Aredes, cabo primero Romero”.

Y prosiguó relatando que por soldados de mi Compañía, no se había enterado de que haya habido ausencias. “Hubo un solo desertor que yo me acuerde, era de Buenos Aires, lo fueron a buscar a la casa, lo bailaron un par de días y se quedó. Al que faltaba porque se quedó un día más de franco, lo castigaban y nada más, no recuerdo alguna ausencia”, expresó Raúl.

Consultado por Pablo Llonto si recordaba una declaración suya del año 2018 donde dijo que “uno que era de Córdoba, rubio de ojos verdes, para mí, no sé si se fue o lo fueron”, Acevedo expresó: “Yo creo que volvió, qué sé yo. No creo que yo haya dicho que lo fueron”.

Por lo cual leyeron su testimonio en la parte donde dijo: “Lo que sabe del grupo de tareas es por rumores”, para ver si podía ampliar en qué consistían esos rumores, a lo cual expresó que “en ese momento se hablaba de la pesada, yo me acostumbé a decirle la pesada, luego supe que era también un grupo de tareas. Sé que iban con grupos de soldados a tapar todo, a cuidar que no pase ni salga nadie, pero los soldados muchas veces no sabían qué pasaba, y yo tampoco creía todo lo que me decían.  Lo de la pesada lo sabía todo el mundo, le decían la pesada para que le tengan miedo, supongo”.

Finalmente, dijo que cuando se enteró que un soldado había desaparecido, se extrañó, no pudo entenderlo, porque “a nosotros nos cuidaban mucho, ellos mismos decían los soldados del Casino no se tocan, porque nosotros les dábamos de comer”, concluyó.

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El segundo testimonio fue el de Roberto Antonio Flores, hijo de Antonio Roberto Flores y de Nancy Cerrudo, ambos secuestrados y desaparecidos el 14 de junio de 1976 en la Isla Talavera, partido de Campana provincia de Buenos Aires.

“Yo tenía 9 meses cuando ellos desaparecieron. Me dejaron a mí en la casa de mi abuela con la excusa de que venía una tormenta. Mi abuela Gladys era muy cerrada y nunca me contó mucho. Con los años me contactó Julio Vento por Facebook, me buscó, me tocó la puerta y me dijo que él era compañero de mi papá, que militaban juntos y que se lo llevaron a él también”.

Luego dijo que sus padres vivían al lado del cementerio de Campana cuando fueron secuestardos y que su abuela le dijo que se los habían llevado a la Isla Talavera, camino a Entre Ríos.

 “Es una falta muy grande, me faltó el amor de mi padre y mi madre, yo a mis hijos no les puedo demostrar que los amo, es algo muy feo”, expresó conmovido Roberto.  

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El tercer testimonio fue el María Cerrudo, hermana de Nancy Cerrudo: “Yo tenía 11 años, mi hermana me llevaba 5 años, tendría 16, 17. Un día trajo al nene y le dijo a mi mamá que se iba unos días a trabajar a la isla con el tío de él. Vivían al lado del cementerio, en Campana”.

La fiscal Gabriela Sosti agregó un pedido de declaración testimonial para “Julio Vento o Ventos”, la persona que se contactó con el hijo de Flores y le contó que era compañero de militancia del padre, y que él también había sido secuestrado.

La fecha de la próxima audiencia quedó fijada para el martes 20 de mayo a las 9:30hs.