La rabia en la provincia de Buenos Aires es endémica en sus variantes 4 y 6, que tienen como reservorio natural a los murciélagos insectívoros (Myotis y Eptesicus), estos son la principal fuente de transmisión a los animales y al hombre. Aproximadamente un 6% de los murciélagos muestreados son positivos. En el año 2018 se han detectado y controlado 132 focos de rabia aérea, descendiendo a 89 focos en el 2019 y 48 focos hasta septiembre del 2020, manteniendo un patrón geográfico de similares características. En años anteriores se produjeron fenómenos de “spillover” que es un pasaje viral de estos reservorios naturales a otras especies no vacunadas.