Garantizó información permanente en tiempo real sobre la evolución del coronavirus. Fue fundamental para comunicar las medidas de cuidados a la población y el sistema de fases.
Para la gestión del gobernador Axel Kicillof, la comunicación es una herramienta central para la implementación de las políticas públicas. Así lo entendió desde que asumió y lo profundizó para la gestión de la pandemia. Desde el primer momento, los objetivos fueron construir canales informativos simples y masivos para que toda la población tuviera la información de lo que estaba pasando. Además, fue necesario diseñar campañas de comunicación para transmitir el ABC de los cuidados que consistía en el lavado de manos, el uso del barbijo y el distanciamiento social.
Para garantizar la información, se presentaron informes matutinos diarios y se desarrolló un portal informativo, donde aparecen actualizados los datos epidemiológicos y las medidas puestas en marcha. Una vez por semana, los principales funcionarios dieron conferencias de prensa para responder de manera directa a las múltiples demandas que la pandemia generaba. Además, se articuló con los medios de comunicación permanentes entrevistas para profundizar las respuestas sin ningún tipo de distinción. Las notas y la circulación de información fueron permanentes con todos los canales, radios, diarios y periodistas.
Otra de las herramientas claves desarrolladas, fue el observatorio de medios internacionales llamado Infopan, que aportó una sistematización sobre las coberturas en el mundo de las medidas de la pandemia y los diferentes debates que se fueron desarrollando. En un seguimiento diario de 500 medios de 150 países, los informes de Infopan fueron importantes para contextualizar la gestión de la pandemia y aportar recursos novedosos para la toma de decisiones.
Desde el punto de vista de la comunicación institucional, las campañas para instalar masivamente conceptos básicos de autocuidado y legitimarlos (al principio, el uso de barbijos fue cuestionado) fueron imprescindibles. Desde volver a informar sobre las técnicas correctas del lavado de manos hasta los protocolos de acción frente a casos sospechosos, fueron diferentes estrategias en redes sociales, campañas públicas y foros ciudadanos que permitieron acompañar las decisiones y ayudar a cumplirlas.
Por otro lado, las campañas segmentadas por regiones y grupos fueron imprescindibles. El sistema de fases obligó a tener una comunicación específica por municipio según su situación epidemiológica. Además, según los momentos fue necesario desarrollar acciones dirigidas a jóvenes, a mayores, a grupos de riesgo y a equipos de salud.
Otro de los pilares de la estrategia fue la comunicación interna. Fue necesario profundizar los canales de comunicación entre los equipos de la gestión frente a una experiencia inédita. Se diseñaron protocolos y manuales de gestión para que la información llegara de manera simple y precisa a cada integrante del Ministerio, los hospitales y las regiones sanitarias.
La estrategia fue conducida de manera precisa por el Ministerio de Comunicación en articulación con el Gobierno Nacional, los municipios y el Ministerio de Salud. En ese sentido, la decisión histórica de la gestión del Ministerio de Salud de crear la Dirección Provincial de Comunicación fue decisiva para tener una estructura homogénea de gestión. Desde la Dirección, se articuló con la amplia red de comunicadores de los hospitales que creció exponencialmente en pocos meses, los equipos de las regiones sanitarias y de cada una de las áreas institucionales del Ministerio. Además, se construyó un canal unificado de diálogo con los medios que ordenó un proceso muy complejo, sensible y de altísima responsabilidad social.
